En este artículo intentaremos desvelar algunas de las claves de por qué la educación en Finlandia es tan fructífera, y es que sus métodos son de los mejores. Por algo es uno de los países donde los alumnos sacan mejores notas.
Imagino que ya estarán muy cansados de escuchar lo mismo una y otra vez, pero intentaré sacar todos los datos que conozco que puedan ayudaros a sacar alguna conclusión más.
Lo primero, mirad este otro artículo, donde ya se ven unas cuantas claves:
– Educación gratis, desde infantil hasta la universidad.
– Descansos de 15 minutos cada hora.
– Entran a los 6 años a las escuelas (lo cual no implica que no puedan entrar antes, pero es la edad a partir de la cual es obligatorio entrar al colegio).
– Los deberes son muy escasos. Se le dedica al estudio al día 20 minutos.
Tomad nota de esto: en Finlandia las familias muchas veces lo que hacen los sábados, en vez de irse a ver el fútbol al bar, van a la biblioteca a leer. Eso es algo inconcebible en España, donde leer es para «frikis, raros» o peor…
¿Reformar el sistema educativo? ¡Ni hablar! Desde hace aproximadamente 40 años (hablo ahora de memoria, no sé los años exactos, aunque tampoco importa para lo que diremos) que no se toca el sistema educativo en Finlandia, es casi pecado. De hecho, tocarlo mucho, como pasa en España, no hace más que producir desequilibrios y que la educación empeore.
A partir de 2015, a raíz del empeoramiento de los datos en el informe PISA empezaron a hacer algunos cambios, de bastante importancia. Un ejemplo: la apuesta por reforzar los idiomas jugando. Veremos pronto cómo van.
Los maestros también son una parte fundamental. Son muy respetados y tienen mucho entusiasmo en su profesión. Son elegidos muy pocos, y es que es muy difícil: a parte de tener la carrera de profesor, tienes que ser psicopedagogo, más de un 9 de media en bachillerato. Además, luego tienen que pasar pruebas muy duras para ser elegidos. De allí que solo el 10 % sean escogidos.
Además, si un alumno suspende, que es cosa rara, pero que puede pasar, el fracaso es del profesor (¡jódete J. Mato, has fracasado!), y no del alumno.
Las clases son muy reducidas, de menos de 20 personas. Esto permite que el feedback entre alumno y profesor sea mayor. También hace posible que, si un alumno tiene problemas, el profesor o un ayudante puede ayudarle, darle un soporte extra.
Para acabar, el alumno no estudia para memorizar todo el temario y vomitarlo encima del examen, sino que lo que hacen es asumir el contenido, entenderlo.
En fin, espero que esto os haya ayudado a comprender un poco mejor por qué España da pena y por qué Finlandia mola en educación.