¿Necesitas reflectores para la larga noche finlandesa?

Con la llegada del otoño las noches se empiezan a hacer más largas. El invierno se empieza a notar en Finlandia, el día apenas dura unas horas y eso prácticamente nos obliga a salir cuando está oscuro. Por eso, es esencial tener unos reflectores a mano.

Los dispositivos reflectantes, llamados heijastin en finlandés, para quien no lo sepa son esos objetos que en la oscuridad permiten que los coches puedan verte a una mayor distancia. Los hay de distintos tipos, básicamente las cintas que se colocan en las muñecas y los tobillos y las que se ponen con la ropa. Es muy importante que si vas a Finlandia adquieras uno cuanto antes.

Puedes comprarlos de la forma que quieras y del color que desees, o ni eso, porque algunas empresas lo regalan. Lo importante es tener uno, y es que si te pillan en una carretera oscura y sin el reflector estarás incumpliendo la ley, según apunta la web de Seguridad de Tráfico.

Desde la misma web dan una comparativa sobre cómo te ven los coches con y sin el dispositivo. Si no lo llevas, normalmente te localizarán cuando estés a 100 metros del vehículo. Pero si lo has sacado, te podrán observar incluso si te encuentras a 300 metros. Es muy importante esta diferencia, y más si la velocidad es mayor.

Es de lo más necesario, no solo cuando vas a ir de noche, sino también si hay niebla o lluvia, que puede bajar la visibilidad. Y más en el invierno finlandés, ya que cuando hay luz es un poco más débil de lo normal.

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Por supuesto, este es un invento finlandés. El autor es el granjero Arvi Lehti (sí, has leído bien, granjero), según destaca el digital Kodin Kuvalehti. Se sacó esta idea alrededor del año 1950, y todo empezó porque quería hacer más visibles los carros de los caballos.

El que yo uso es el que va colgado a la ropa. Lo que hago es ponerle un hilo, unirlo a una chaqueta por uno de los bolsillos y lo tengo allí hasta que lo necesite. Entonces basta con sacarlo y listo. Puede ser un pelín incómodo si te pones mucho las manos en el bolsillo, pero a parte de eso, va de lujo.

Una vez también usé el de pulsera, pero tuve una mala experiencia. Resumiendo: se me perdió. Lo tenía agarrado a la muñeca, pero se ve que en algún momento se me soltó y no volví a saber de este. Por eso el que va enganchado es algo mejor, no se te va. Aunque tengo que reconocer que me encanta jugar con el de cinta.

Es curioso que incluso cuando estoy en España sigo teniéndolo, pero no lo saco, aunque lo necesite. Será que es «marca Finlandia«. ¿A ti qué te parece este invento? 🙂