Catedral ortodoxa Uspenski

La catedral ortodoxa de Helsinki y el contraste de la capital

Es la segundona de Helsinki. Tiene que resignarse. En las postales siempre pierde la batalla contra su ‘enemiga’, la luterana. Es la vida que lleva la catedral ortodoxa de Helsinki, Uspenski.

Incluso yendo a contracorriente, la catedral ortodoxa es un edificio que sobresale en cuanto a la arquitectura. No porque no haya otros en los que se muestre la influencia rusa, sino por ese potente rojo rematado con motivos dorados, que coronan sus 14 torres.

Catedral ortodoxa Uspenski
Catedral ortodoxa de Helsinki, Uspenski

La primera impresión que te da por fuera es de sencillez. Es decir, no es un diseño exterior que sea muy barroco. Tres colores, rojo intenso, verde claro y dorado. Pero, a medida que te vas acercando, descubres la complejidad que esconde. Esos infinitos detalles que adornan las columnas en sus capiteles y las paredes, los enormes ventanales que dan luz al interior.

Una vez entres, su interior te sorprenderá. Está sobrecargado de diferentes imágenes religiosas. Que si un Jesús crucificado, que si pinturas… No te salvarás ni mirando por la ventana. Porque desde allí se puede contemplar también la catedral luterana de Helsinki. No sabes en qué punto centrarte. Si en el altar, algunos de sus cuadros, las pinturas o inscripciones en la pared, esa elegante alfombra roja que aquí queda muy bien pero que no pondrías nunca en tu casa…

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Lo que te aconsejo es que te sientes y vayas tranquilamente observando cada uno de los detalles que hay. Tienes para rato. A cada mirada te topas con algo que habías pasado por alto. Da igual que seas religioso o no, la cuestión es admirar las diferentes obras artísticas. En este caso, lo increíble es que no han dejado ni un hueco con algún elemento en el que perderse.

Otra recomendación: no vayas a Uspenski en invierno. O al menos no cuando haya nieve o hielo. Porque para alcanzar este imponente edificio tienes que subir primero por unas delicadas escaleras que, a la mínima, se convierten en un infierno. No te exagero. Están hechas con la misma roca del suelo y su superficie es muy lisa, así que cuidado.

Datos sobre la catedral ortodoxa de Helsinki

Por otra parte, conviene recordar algo de historia de la catedral ortodoxa de Helsinki para entender su arquitectura. Para eso, nos remontamos al siglo XIX, poco después de que Finlandia se volviera rusa. Por tanto, ellos querían dejar su imprenta en el que entonces era el Gran Ducado. Y una de las maneras era crear un lugar en el que rendir culto a sus creencias.

Así fue cómo en abril de 1859 el arquitecto Alexey Maksimovich Gornostaev fue a Helsinki a estudiar dónde colocarla y dibujar los planos, explicaba Claire Kurkimies en hos.fi. En septiembre de 1860 se firmó el contrato y, tras unas obras excepcionales por su magnitud y la técnica requerida, en 1868 se inauguró.

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La catedral de Uspenski se sitúa en el barrio de Katajanokka. Es relativamente céntrico, está a tan solo unos pasos del puerto de Helsinki y a unos 15 minutos andando desde la estación central. Si piensas ir a echarle un ojo, te convendría mirar los horarios aquí.

A mí me gusta más cómo luce por fuera. Su interior es como esos árboles de Navidad que yo hago, repleto de pequeñas cosas. Pero el exterior, en cambio, transmite mucha fuerza y elegancia. Una vez los edificios de Helsinki la destapan, es imposible no admirarla. Y a ti, ¿qué te ha parecido la catedral ortodoxa?

4 comentarios en “La catedral ortodoxa de Helsinki y el contraste de la capital”

    1. Muchas gracias, Chema! Esa visita se la merece, la catedral guarda muchas sorpresas, ya lo verás si vas 😀
      Saludos1

  1. Nunca había estado en un templo ortodoxo la primera vez que la visité, y me impresionó la riqueza de sus detalles. Poco que ver con la mayoría de iglesias católicas y opuesta a la sobriedad de los templos luteranos.

    1. Es un poco como esa nevera repleta de cosas que, a cada vez que vas a ver qué hay, descubres alguna cosa nueva. Hasta te satura de tanta cosa que hay.
      Gracias por comentar, Elena!
      Saludos!

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