Viaje a Finlandia: ¿vuelo directo o con escala?

Hasta hace relativamente poco, viajar a Finlandia desde Mallorca sin hacer escala era imposible. No había vuelos directos. Y menos fuera de temporada. Ahora, Norwegian está conectando España con el país nórdico, y no solo en verano, sino en cualquier época del año.

Es indiscutible que con los vuelos directos con la low-cost Norwegian son muchísimo más baratos. Pero el dinero no lo es todo en la vida. Por eso, vamos a hacer una comparación: ¿escalas o directo?

¿Qué tiene de bueno ir a Finlandia sin parar por otros países? Obviamente, el tiempo. En seis horas -las dos de aeropuerto más las dos de vuelo- ya estás. No pasas ni medio día y ya has llegado. Y eso se agradece en especial en la vuelta. Estás cansado y no te apetece ir dando tumbos y esperando.

Y, si tienes que estar muy pronto en el aeropuerto y no has dormido nada, también es un alivio. La última vez que tuve que pillar un vuelo a Finlandia no dormí nada por la noche, ya que estaba acostumbrado a dormirme tarde. Al final lo medio resolví con un sueñecito en mi asiento a 10.000 metros de altura y una siesta de cuatro horas en casa de mi abuela.

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También se aprovecha muchísimo mejor ese primer día en el país de destino. Que a las 12 ya hayas llegado al aeropuerto, teniendo en cuenta mis experiencias de viajes a Finlandia, era impensable. Antes si aterrizaba a las ocho de la tarde ya era temprano. Ahora, en cambio, puedes disfrutar -o dormir, lo que sea- cuando aún tienes varias horas de sol por delante. Ir a comprar, pasear por la zona…

Puntos a favor de la escala

Sin embargo, creo que la comodidad no lo es todo. Porque a mí también me apetece a veces hacer una escala. Sí, y no estoy loco. A veces siento como que con un vuelo directo el viaje queda medio vacío. Se me hace demasiado corto. En especial si he dormido bien.

Lo emocionante, especialmente en la ida, es que estás en más de dos países en el mismo día. Y, de paso, te envían dos veces el SMS de «bienvenido a este país». En menos de 24 horas puedes saborear culturas distintas, aunque solo sea dentro del aeropuerto.

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Y qué decir de la posibilidad de visitar otras ciudades. En dos ocasiones he estado en Hamburgo (Alemania) gracias a que Air Berlín nos dejaba más de cinco horas en tierra. En parte, ahí reside el alma del trayecto de ida. En la vuelta ya me apetece regresar cuanto antes a casa. Pero si no fuera por eso, no conocería la existencia de una iglesia finlandesa en Hamburgo.

Visto que las escalas y los vuelos directos tienen tanto sus puntos positivos como negativos, ¿con cuál de estas opciones te quedas? Como siempre, déjanos tu opinión en forma de comentario 😀 .