La vida de los finlandeses ha dado un vuelco desde que se independizaron en 1917. No comen lo mismo, no trabajan en los mismos sectores. Un giro espectacular en 100 años, un periodo relativamente corto en la historia. Es como si en una carrera de automovilismo se pone a diluviar en el transcurso de la competición. Solo que en vez de lluvia, aquí hemos tenido tecnología y una aceleración de la globalización. Y todo lo que comporta.
Statistics Finland, encargada de las estadísticas oficiales en el país, ha reunido algunas cifras desde la independencia hasta ahora que explican la evolución de Finlandia. Unos datos que resultan mareantes.
El transporte es otro de esos puntos en los que el país no tiene nada que ver. En 1917 se registraron 4.671 embarcaciones frente a las 1.261 de 2016. Hace un siglo aún no había calado el coche. De hecho, había menos que veleros. Y ya de motos, ni siquiera un millar. Además, resultaba ser un medio de transporte relativamente rápido para moverse entre ciudades costeras. Y para donde los barcos no llegaban, lo hacía el tren. 775 millones de kilómetros de vías eran suficientes. Eso sí, actualmente ya se ha quintuplicado la red viaria para disfrute de los pasajeros.
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La alimentación también es muy diferente a la de hace 100 años. Se producen más de 8.000 litros de leche en la actualidad, frente a los poco más de mil de 1917. Sin embargo, para entonces se superaba el millón de vacas lecheras en Finlandia, y ahora solo quedan un 25%. Entiendo que también se importa mucha más. Y, hablando de exportaciones, se ha pasado de adquirir 26.000 kilos de naranjas del extranjero a más de 29 millones. Una barbaridad. Ahora, me pregunto si serán de Valencia. Ya ni hablo de la cerveza, porque se bebe muchísimo, siete veces que hace 100 años. El problema del alcoholismo en Finlandia se ve que es bastante reciente.
Trabajos distintos tras 100 años
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Para acabar, querría citar las mejoras en la sanidad, siempre cruciales. De 645 hemos pasado a caso 22.000 doctores en todo el país. Esto es una muestra de las carencias que había a principios del siglo XX, todavía. De hecho, los casos de sarampión en 1920 eran 13.180. Mientras tanto, en 2016 se podían contar con los dedos de una mano, y aún te sobraba uno. Además, el tiempo que se quedaba una persona en el hospital era bestial. También en 1920 eran dos semanas de media, mientras que en la actualidad se quedan en tres días y medio.
Seguramente podría seguir y seguir, buscando más datos, pero no acabaríamos nunca. Pero ya es una muestra interesante de cómo ha cambiado el país en estos 100 años. A ti, ¿qué es lo que más te ha llamado la atención?