(Post de Irene Collboni. Sígueme en Instagram)
Llevo un año trabajando de Au pair en Finlandia, concretamente en Ylitornio, un pueblo en Laponia que hace frontera con Suecia. Un pueblo que, aunque pequeño, es precioso. En verano tenemos luz todo el día, ya que el sol no se llega a poner, todo es verde y lleno de vida, y muy caluroso, ya que aunque parezca mentira este pequeño pueblo de Laponia, ha sido el lugar más caluroso en Finlandia tres años consecutivos.
En cambio en invierno todo se tiñe de blanco, y llega un frío horrible. Este año la temperatura más baja a la que he estado ha sido -36 C°, pero aun así merece la pena, ver todo lleno de nieve, poder ver auroras boreales desde prácticamente cualquier sitio, una experiencia inigualable.
Y a pesar de que yo ya conocía la cultura finlandesa y un poco el idioma, el choque cultural fue bastante grande. Pero lo mas chocante fue el idioma, porque aunque yo ya conocía un poco el idioma las primeras semanas fueron muy duras. No entendía nada de nada, pero estoy muy contenta de poder decir que ahora después de un año puedo hablar finlandés casi del todo.
También fue un cambio muy grande el pasar de vivir en la ciudad a vivir en un pueblo de 4.000 personas, pero para mí sorpresa la gente aquí no es tan cerrada como me pensaba. Yo al llegar me esperaba gente cerrada que no hablase mucho, pero no, la verdad es que la gente es muy abierta y la mayoría muy charlatana. Asumo que es por el hecho de vivir en un lugar pequeño donde todo el mundo conoce a todo el mundo.
Una vida muy diferente
Además, la vida en Finlandia es muy diferente en la ciudad y en los pueblos a las afueras, por ejemplo, es cierto que en los pueblos la gente es más abierta a la hora de socializar, pero son muy cerrados de mente. A pesar de que Finlandia tenga leyes sobre igualdad (de género, raza, y orientación sexual), en los pueblos no está aceptado, sigue habiendo racismo y homofobia, cosa que en las ciudades se ve menos por que hay mucha diversidad. En general, podría decir la cultura finlandesa es machista, tanto en pueblo como ciudades.
Lo que ha sido todo un reto para mi ha sido acostumbrarme a la comida finlandesa, que aunque la mayoría de las comidas me encantan, la comida finlandesa es muy diferente a la española. Para mí lo mas difícil de comer y la más extraña de las comidas que he visto han sido sin duda los verilättyjä, unos crepes hechos con sangre, me costó muchísimo probarlos.
La experiencia vivida aquí ha sido fantástica, he aprendido un idioma, el cual os puedo decir que es muy difícil, he perfeccionado mi inglés ya que los primeros meses aquí no podía comunicarme en finés, y aquí prácticamente todo el mundo puede hablar inglés.
He conocido una cultura totalmente diferente a la española, la cual me encanta. Y lo más importante, me he enamorado de Laponia.
Hola Irene!!!! Me ha gustado conocer tu experiencia en Laponia. Hasta pronto!!!
Hola Irene! Me gusta saber que eres feliz,te veremos en octubre, tengo muchisimas ganas de verte ,va quedando menos para ese momento,Te quiero😙😙😙😙😙😙😙😚😙😙😙😙😙😙😙😙😙😙😙😙😙😙😙😙😙😙😙