En verano, no hay nada mejor para relajarse y hacer un poco de deporte que navegar sobre los lagos finlandeses. Es toda una aventura. Descubrir las pequeñas islas que hay dentro, las casitas idílicas que las rodean…
Te contaremos por qué es una de esas actividades que deberías hacer cuando vayas a la casa de campo y algunos consejos. Porque, sí, esto también tiene algún que otro peligrillo que conviene evitar.
Lo primero que tienes que hacer es estar en una casa de campo al lado de un lago. Después, asegúrate de tener una barca disponible. Sin ella, navegar en barca puede ser dificultoso. Luego, tener un pequeño embarcadero ayuda.
Incluso cuando hay un embarcadero, seguramente tendrás que empujar el barquito unos cuantos metros. Sí, no te vas a librar de un remojón en los pies. Pero bueno, es verano, tampoco te resfriarás. Hay lagos que a los cuatro pasos ya no tocas fondo, aunque la mayoría de los que me he encontrado no cumplen esta característica.
Hecho el trabajo sucio, ahora toca remar (¿no te habrás olvidado de los remos, no?) y disfrutar del paisaje. Porque cómo cambia todo. Es una perspectiva de todo lo que rodea al lago que nunca habías visto. Esa isla que parecía tan lejana ahora la tienes a tiro de piedra. Puedes contemplar las piedras que la rodean, los árboles que la invaden… Y, si tienes suerte, puede que veas algún animalillo que haya por ahí haciendo de las suyas.
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¿Y qué me dices de esas casas idílicas que rodean el lago? Pequeñas, de madera, de colores varios que le dan un toque muy pintoresco… La mayoría de ellas no las podrías ver fácilmente, pues desde el mökki (casas de campo) como mucho alcanzas a ver la del vecino. Y el resto, ni siquiera por el camino.
Consejos a la hora de remar
Pero no todo va a ser observar el paisaje. Que también hay que remar. Sino, ¿cómo pretendes moverte? Realmente no es nada difícil, y más en lagos. Porque no tienes olas ni corrientes. La superficie permanece en calma y es ideal incluso para novatos.
La gracia de todo esto es que vas en todo momento marcha atrás. Y, aunque los lagos sean muy anchos, hay que ir mirando atrás todo el rato. Una vez, cuando yo iba de acompañante, nos metimos en medio de un montón de vegetación medianamente alta que había crecido en el lago. Por suerte salimos de ahí de una pieza.
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Luego, es muy importante observar la superficie. Una vez creí que estaba viendo un pato. No lo era. A medida que nos acercamos, vi que era una botella de plástico. Y no, no hay que tocarlas. Puede que no sea basura. Lo que me contaron es que la gente las pone para señalizar un punto en el que puede haber una roca. Como si fuera una boya. Vamos, un peligro para la barca. Sin esa marca, podríamos acabar hundidos. No muertos, porque puedes llegar fácil a la costa nadando un poco, pero nos mojaremos bien.
En fin, creo que ya sabes todo lo que necesitas para embarcarte en una nueva aventura. ¿Ya te has animado a navegar por los lagos finlandeses?