Una joya histórica se alza junto al delta del río Aura o Aurajoki. El Castillo de Turku (Turun linna en finlandés) es uno de los puntos más importantes de la ciudad de la costa oeste. Ha sido un testimonio de lujo de los cientos de años de Finlandia desde la época de dominio sueco hasta la actualidad, pasando por el Gran Ducado de Finlandia en el periodo ruso.
La historia del Castillo de Turku se remonta unos 700 años atrás, hacia 1280 aproximadamente, explica el Ayuntamiento de Turku. Después de darle diversos usos, principalmente para la monarquía, ahora es también un museo que te permitirá recorrer su fascinante interior y descubrir algo de su historia.
Antes de explicarte qué te encontrarás dentro, creo que conviene dar un repaso a su historia. El castillo fue utilizado de forma habitual como residencia para algunos personajes de la monarquía sueca. Por ejemplo, el duque Juan -posteriormente el rey Juan III de Suecia- vivió allí durante siete años con su esposa, la princesa polaca Katarina Jagellonica, según this is Finland. A esto, la radiotelevisión YLE añade que el gobernador general de Finlandia Per Brahe el joven también se instaló allí mientras estaba al mando.
Pero no todo trata sobre gente que se ha quedado a vivir allí por su cara bonita. Los hay quienes han tenido que dormir allí por su cara fea. Concretamente, por la de criminal. Porque sí, también funcionó a modo de prisión.
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El castillo ha sufrido mucho el paso de los años. Varias veces ha sido atacado, como en 1941 en la Guerra de Continuación o en 1612 por un incendio, sin olvidar los asedios de finales del siglo XVI por luchas internas en el Reino de Suecia. También ha visto modificado su aspecto por otros motivos relacionados con las corrientes artísticas.
Hecho este resumen histórico, conozcamos este castillo medieval. Después de pasar por la entrada, bastante sencilla, nos encontramos con la fachada de aspecto rústico con esas piedras de color más apagado que forman la pared. Pero no se queda todo en eso. Muchas de muros del interior están hechos con el clásico ladrillo rojo. Esta escena se vuelve totalmente mágica cuando llega el turno de enfilar algunas de las estrechísimas, casi claustrofóbicas, escaleras. Luego, hay salas con columnas de estilo muy simple y de blanco predominante que dan más variedad al sitio.
Las muestras medievales del Castillo de Turku
En mi paseo por el Castillo de Turku, me topé también con unas escrituras en una pared. No sé muy bien qué representan, pero resulta cuando menos curioso. Y, qué diablos, hay que admitirlo: quedan de lujo y con un toque muy de la Edad Media.
Tampoco es raro dar con algún punto religioso. Está por ejemplo Linnankirkko (la iglesia del castillo) o Sturen kirkko. Esta última iglesia tiene su importancia en que fue uno de los últimos monumentos de la época católica de Turku y se construyó allá por 1480 por orden del regente Sten Sture el Viejo.
Llegamos ahora a las partes que más me gustaron, sin contar con las maravillosas escaleras o las salas con ladrillos. Una fosa repleta de dinero. No sé por qué, pero la gente se ve que va tirando monedas por ahí. ¡Ay, si pudiera cogerlas! Y luego, no sé muy bien cómo, llegué a ver un váter antiguo. Muy al estilo de los que hay en los baños de las casas de campo finlandesas. Me pregunto cómo se lo harían para vaciarlos sin que todo el castillo apestara durante el trayecto.
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Creo que también es digna de mención la vestimenta de los empleados que hay en Turun linna. Muchos de ellos hacen de guías y explican algunos detalles, siempre interesantes. La cuestión es que van con unas ropas muy al estilo medieval que te llevan atrás en el tiempo.
En todo este paseo, tendrás la oportunidad de contemplar los sitios -se entiende que recreados después de las reconstrucciones obligadas- donde personajes de la realeza sueca residían antiguamente. Se notan los lujos por algunas de las obras que hay colgadas. Y tampoco olvidemos algunas piezas que forman parte del museo y que explican cómo vivían en la antigüedad.
Una muestra de la infancia finlandesa en Turun linna
Posiblemente la parte que los finlandeses recordarán con mayor nostalgia son los juegos de su infancia -también expuestos-, como el Afrikan tähti o el mítico Musta Pekka. Vamos, que incluso yo mismo, que pasé mi infancia en Mallorca, recordé esas mañanas de sábado con estos clásicos.
Si quieres ver cómo ha ido evolucionando el castillo durante los más de 700 años de existencia, puedes ver un resumen visual en Vimeo. Curiosamente, en sus inicios se posaba encima de una pequeña isla. Pero tranquilo, ahora puedes ir caminando hasta allí sin la necesidad de mojarte los pies.
Lo mejor para ir es caminar junto al río Aura, que tarde o temprano te portará hasta allí. Eso sí, debes tener ganas de andar. Parece que está cerca, pero desde el centro hay un buen trecho. Si en cambio prefieres ir cómodo, puedes coger en Kauppatori la línea 1 del bus en dirección al puerto. Te deja justo al lado, no tiene pérdida.
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Definitivamente, el Castillo de Turku me parece una de esas paradas que vale el precio de su entrada. Ya te digo que no es caro, 10 euros, con rebajas para niños, estudiantes, parados o jubilados. Sabiendo esto, ¿te veremos pronto por Turun linna? ¿O ya has ido? Te esperamos en los comentarios con tus opiniones 🙂 .