31 de diciembre de 2017, la última cena con las tradicionales herraduras de la suerte. Ya no habrá más tal y como las conocemos hasta ahora. Europa las prohíbe. Tienen plomo y al fundirse puede ocasionar algún problema de salud.
La tradición del valaa tinaa consiste en fundir una herradura en Año Nuevo. Dependiendo de la forma que te quede una vez la tires al agua, te dirá qué te deparan los próximos 12 meses. Pero ahora ya no se podrá disfrutar de esta magia, al menos tal y como se ha hecho toda la vida. Te contamos si realmente está tocada de muerte o si hay alguna salvación para esta costumbre.
Empecemos, ¿por qué ahora ya no se podrá realizar tal costumbre? El diario Helsingin Uutiset anunció que 2017 es el último año en el que se podrán vender las herraduras, ya que principalmente están hechas con plomo. Europa ha sacado una nueva regulación que impide su utilización por las consecuencias que puede tener para la salud.
Aunque hasta el 1 de marzo de 2018 se pueden comprar, ya son varias las tiendas que las han retirado de sus estantes, según informa la radiotelevisión pública YLE. Aún se podían vender, pero había que ponerle una señal de peligro en las bolsas. Desde que se supo la trágica noticia, empezaron a quitarlas en establecimientos como K-Citymarket, S-Market o Tokmanni.
Ante tal noticia, desde el blog nos hemos puesto en contacto con la Agencia finlandesa de seguridad y químicos (Tukes), que muy amablemente nos han aclarado algunas cuestiones. Primero de todo, sobre el plomo. «Está clasificado como tóxico para la reproducción y muy tóxico para la vida acuática», explica la jefa de la unidad de productos químicos de Tukes, Marilla Anttila.
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Hay que recordar que solo con el hecho de fundirla ya te expones al plomo. Y después, cuando se echa la herradura ya líquida al cubo de agua, también puede contaminarla. ¿Y después dónde acaba el agua? Pues en el sumidero.
«En cualquier caso, desde Tukes explican que una vez se ha formado la figura ya no hay tanto peligro. Vamos, no tienes que tirar las que has dejado decorando en la estantería. «Pero los niños no deben chupar o manejar los objetos», recuerdan. Así que será mejor dejarlas fuera de su alcance.
Así afecta el adiós de la herradura de la suerte
«En Finlandia, la tradición de la herradura de la suerte es bastante popular, así que esto afectará a aquellas compañías que vendan las de plomo», comenta Anttila. De momento es pronto para hacer un balance de pérdidas. Eso sí, en este punto nos recuerdan que cada bolsita cuesta entre uno y dos euros, lo que nos puede dar una idea de lo que se dejará de recaudar.
Volvamos ahora a la pregunta que planteamos al principio. ¿Es el fin de esta costumbre? Pues tal vez no sea así. «Pueden haber nuevas oportunidades para las empresas para encontrar y vender alternativas más seguras», afirma Anttila.
En este sentido, ya se están empezando a hablar de algunos otros productos que sustituyan al plomo, como el azúcar o la cera de abeja. «También se puede usar estaño puro si se encuentra en el mercado», añaden desde Tukes.
A ver, lo del azúcar no sé cómo funcionará. Porque luego eso no se puede guardar mucho tiempo, las hormigas acechan. ¿Acabarán por decir que luego se tiene que comer? Yo lo dejo ahí, como idea para la gente de marketing. Ahora, eso de tomar azúcar aguado no suena muy apetecible.
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La opción más atractiva me parece que sería que se hicieran las herraduras con estaño puro u otros metales no prohibidos. Es una opción más conservadora que mantendría la costumbre como ha sido siempre. Luego habrá que ver si alguna de estas alternativas logra cuajar. Ahora es tu turno de expresarte: ¿cómo te gustaría que continuar la tradición del valaa tinaa?