Él fue el artífice del mejor e infravalorado chocolate. Con Karl Fazer empezó todo. En el siglo XIX, Helsinki vio nacer al bebé que, quién lo iba a decir entonces, acabaría siendo todo un referente en el país. Y todo por crear el delicioso chocolate Fazer.
Realmente, es un personaje que guarda muchas curiosidades. Por ejemplo, ¿sabías que el maestro chocolatero participó en unas olimpiadas? Sí, tal cual. Y ojo, que tampoco quedó en mala posición. Pues te contaremos esto y más detalles sobre la vida de Fazer. Por ejemplo, cuáles eran sus aficiones lejos de la fábrica.
La historia de Karl Fazer empieza el 16 de agosto de 1866. Fue el segundo hermano más joven de un total de ocho, según detalla su biografía. Su padre era suizo, aunque esto no es lo que parece. En realidad era peletero, no tenía ninguna relación con la confección del chocolate.
Ya desde joven quería ser confitero, por lo que se fue a la que entonces era la meca, San Petersburgo, Rusia. Después, siguió su camino por algunas capitales europeas, como Berlín o París. En 1891 regresó a Helsinki y en ese punto empezó la historia de Fazer.
En el número tres de Kluuvikatu, una calle en el centro de Helsinki, un joven Karl Fazer empezó su negocio en un local que era de su padre. Era el Fazer Café. Como curiosidad, él llegó a vivir en un piso justo encima, según recuerda la web de Fazer.
Su negocio arrasó, como no podía ser de otra manera. El café y los pasteles fueron todo un éxito. Pero, sin duda, la reputación se la ganó con el chocolate. De hecho, incluso abrieron más locales en otras partes de la capital.
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Fazer como empresa siguió creciendo y en 1897 empezó la producción industrial del chocolate. Al año siguiente, ya estaban exportando al mundo.
Karl Fazer más allá del chocolate
La vida de Karl Fazer no giró exclusivamente alrededor de sus dulces delicatesen. Se casó con Berta Blomqvist, quien también ayudó en el negocio. Después llegarían sus cuatro hijos, sobre quienes caerían el peso de heredar una potente marca. Sin ir más lejos, su hijo Sven ya comenzó a trabajar a los 17 años en la fábrica y acabó de director.
Continuemos conociendo sobre su vida. Fazer era un amante de la naturaleza, le gustaba ir de pesca o de caza. También era aficionado a la observación de aves. En el archipiélago de Åland llegó a pagar de su propio bolsillo la creación de zonas de protección para los pájaros.
Después, también le gustaba el tiro deportivo. Y no se le daba mal, ya que alcanzó unos Juegos Olímpicos, según cuenta el diario Savon Sanomat. En Estocolmo 1912, fue 13º en individuales y logró una fabulosa quinta posición con el equipo nacional. Además, consiguió varios éxitos en campeonatos nacionales y europeos.
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La historia del gran Karl Fazer acabó de forma trágica el 9 de octubre de 1932 en Jokioinen. Tenía solo 66 años cuando un ataque al corazón le quitó la vida. Se había ido de excursión a cazar y ya no volvió.
En fin, a pesar de todo, el hombre dejó un legado importantísimo y del que siempre le estaremos muy agradecidos, aunque el chocolate no sea la comida más sana que digamos. Además, sus herederos han seguido con su magnífico trabajo. Una vez hemos conocido su vida, ¿qué te ha llamado más la atención de su biografía? Déjanos tus impresiones aquí abajo.