Si deseas comprar algo de fruta en verano por Finlandia no será porque falten sitios donde hacerlo. Una de las cosas que me fascinó de la última vez que estuve por esa época en el país fue que estaba todo repleto de pequeños puestos que las venden.
Prácticamente podríamos decir que no hay pueblo que se quede sin al menos una parada. Y, de lo contrario que en España, no son como los mercados que llegan un día a la plaza y ya no lo ves hasta la semana que viene. Es un concepto distinto.
Estos puestos de fruta empiezan a brotar cuando ya comienza el buen tiempo. El color embadurna pueblos y ciudades, y no solo por las plantas y las flores. Todo tipo de bayas, fresas… Las paradas aportan muchísima vida a las poblaciones.
En muchas ocasiones las principales plazas de los núcleos urbanos son los lugares que acogen los mercados a diario. Es curioso de ver que estos tenderetes, uno al lado del otro, poseen habitualmente exactamente los mismos productos que el de al lado. Para colmo, a veces ni siquiera tienen los mismos precios fijados. En fin, maravillas de pequeño comercio.
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Particularmente también me llama la atención la forma que tienen de venderte estos alimentos. La medida estándar es el litro. Sí, el litro, no el kilo. Cada mercader tiene un bote que representa un litro y lo utiliza para saber cuánto te tiene que poner de lo que sea. Un detalle anecdótico, pero en el que más de uno se habrá fijado seguramente. ¿Las balanzas? Mejor para las tiendas.
Puestos de fruta… ¿la competencia al supermercado?
Uno de los puntos más raros donde encontrarás un puesto de fruta es la salida de un supermercado. ¿Y por qué digo que es raro? Pues porque aparentemente se están haciendo la competencia. Es decir, ¿qué necesidad hay de duplicar un servicio?
En primer lugar, las paradas que suele haber delante del súper tienen cuatro variedades de frutas mal contadas. Algunos arándanos, fresas, guisantes (vale, esto no es una fruta, pero se ve que a los finlandeses les encanta) y poca cosa más.
Después, lo bueno que tienen estos tenderetes al lado del supermercado es que el producto suele ser nacional. Y puede que incluso local si el comerciante se abastece de un huerto cercano. Eso sí, siempre hay excepciones, sobre todo en los mercadillos grandes como el de Kauppatori en Helsinki.
Hay una cosa que hace gracia y es que una vez vi algo tan finlandés como los arándanos… que eran exportados. De España, para más señales. Me pregunto qué necesidad hay de exportar un alimento así de un país donde no abundan precisamente esta clase de bayas.
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Además, con esta gran cantidad de paradas también se promociona la vida saludable. En fin, qué mejor que ver fruta en puntos clave para empujar a los ciudadanos a consumirla, ¿no crees?
En fin, ahora ya conoces estos puestos. Puede que no sea (ni deba ser) catalogado como una atracción turística ni nada, pero merece la pena conocer su existencia como parte del alma del país en verano. Dicho esto, ¿alguna vez has comprado fruta de estos tenderetes?
Hola Michan, sería interesante saber que frutas son las que no se encuentran y en lo de la competencia entre el supermercado …yo acá en México veo los precios prácticamente a la par 😀
Saludos!!!