Alitas de pollo picantes o hot wings. Tampere. Quieras o no, este plato ya está vinculado con la conocida ciudad finlandesa desde que en los años 90 se hiciera un hueco en sus restaurantes. Es más, diría que se ha consagrado como uno de los clásicos que hay que probar en una visita a la capital de la región de Pirkanmaa.
La primera -y única, de momento- vez que visité Tampere me animé a probar los hot wings en el restaurante Siipiweikot, por recomendación del periodista Eric Lipchis. Quién me mandaría hacerle caso… En fin, te contaré cómo fue esta experiencia para chuparse los dedos e infernal a la vez.
Después de un día pateándome la ciudad y sumando ya varios kilómetros en mis piernas, decidí que ya era la hora del almuerzo. Realmente comimos un poco cuando nos dio la gana: cuando uno se va de visita tan lejos de su casa ve alterados los horarios de la comida de una forma espectacular.
Soy una persona que no tolera muy bien lo picante, pero por una vez me atreví y pillamos un cesto de 16 alitas -para compartir entre dos. La salsa la pedimos con un nivel medio de picante. Entonces llegó el primer mordisco. ¿Sabes la temperatura que se alcanza en la cima del volcán Etna cuando entra en erupción? Pues mi boca superó con creces ese calor.
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Esas alitas de pollo picantes de Tampere hicieron honor a su nombre. Al menos tengo la suerte de que en Siipiweikot sirven agua en jarras de medio litro. Acabé bebiéndome dos. Pero valió la pena. Los hot wings estaban riquísimos: jugosos, con una salsa potente y sabrosa… Me hubiera chupado los dedos de no ser porque eso me hubiera obligado a tomar un sorbo más de agua.
Al final me comí la parte que me correspondía, lo cual es una muestra de lo buenas que estaban las alitas (a pesar de que mi boca se convirtió en lava). Eso sí: no es un plato como para degustarlo cada día. Si eso una vez al año o así. Aunque también te digo que hay una salsa más suave apta para más paladares. Por otra parte, sus patatas fritas son igualmente recomendables, no solo por su sabor, sino también por sus peculiares formas, como de muelle por ejemplo.
Así llegaron las alitas de pollo picantes a Tampere
Volviendo a un tema que comentamos al principio de la entrada: ¿por qué son un clásico de Tampere? La historia se remonta a 1993, cuando Siipiweikot abrió sus puertas en la calle Aleksanterinkatu. En su página web presumen de ser el primer restaurante de alitas de pollo picantes, no solo en Finlandia, sino también en Europa.
La idea surgió de un viaje a Estados Unidos, donde tuvieron la oportunidad de probarlas. Ni qué decir que acabaron enamorados de esta comida y quisieron llevarla hasta Finlandia. Parece bastante claro que acertaron de lleno. Los habitantes de Tampere salieron encantados.
El mismo Eric Lipchis me contó que su popularidad fue tal que se expandió por más zonas de Finlandia. De hecho Siipiweikot ya tiene sucursales en Helsinki. Además, en Tampere otros restaurantes se han sumado a la oferta de hot wings para deleite de los ciudadanos y los visitantes. La afición por las alitas de pollo ha llegado a unos puntos en los que incluso se han organizado competiciones al respecto, muy al estilo americano.
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¿Ya te has animado a ir a Tampere para comer sus alitas? Por cierto, en Eric Suomessa fueron a Siipiweikot para probar los hot wings. Su vídeo es imperdible, pero por desgracia lo borraron. Quién sabe si tú también tendrás que beberte hasta el agua de los floreros tras ese primer y crucial bocado.