Vistas torre Pyynikki

Pyynikki: mucho más que una torre y sus deliciosos dónuts

Si vas a Tampere, la zona de Pyynikki es de paso obligatorio. Cualquier visitante que se precie acabará por descubrir lo que le ofrece este bello lugar de la región de Pirkanmaa.

Lo que todo el mundo conoce es la torre de Pyynikki (Pyynikin näkötorni) y su cafetería, que sin duda se merecen una visita turística. Sin embargo, lo que también obvia la gente es todo el paraje natural que encontramos a su alrededor. Y todo eso a tiro de piedra desde el centro de la ciudad. ¿Es posible mejorar la apuesta?

Vistas torre Pyynikki
Las vistas de lujo desde la torre de observación de Pyynikki.
En mayo me animé a visitar la torre de Pyynikki guiado por sus deliciosos dónuts. Estaba cerca del centro, no hacía falta ir en bus… ¿Qué más podíamos pedir? Que estos dulces estuvieran acompañados por billetes de 500 euros como servilletas, pero me temo que eso ya es demasiado por un precio de 2,50.

Al emprender el camino, elegimos pasar por el parque de Pyynikki, que técnicamente aún no está en el distrito, pero que en nuestro caso actuó como puerta de entrada. Era solo un aperitivo de lo que íbamos a tener en el esker. Se trata de una zona verde con la iglesia ortodoxa de Alejandro (Aleksanterinkirkko; en honor al zar Alejandro II) en el centro. Un pequeño inciso: se ve que en Tampere a la gente le gusta que las iglesias estén igual que los bancos en España, es decir, cerradas. Me lo dijo precisamente un valenciano que reside en esta ciudad finlandesa. No quedó otra opción que apreciarla desde fuera. Pero eso ya es otro tema que ya llegará en su momento.

LEER MÁS | Las alitas de pollo picantes de Tampere, un clásico de la ciudad

Siguiendo las señales de tráfico, de repente nos adentramos en un bosque. Hasta hacía cinco minutos estábamos rodeados de coches subiendo y bajando constantemente. En cuestión de un momento, la paz. El ruido de los motores dio paso al cantar de los pájaros, la banda sonora de una reserva natural como es esta.

Para alcanzar la torre y los ansiados dónuts hay que subir la pequeña cuesta del esker. Se trata de una especie de colina formada hace unos 10.000 años por la acción de los glaciares. El de Pyynikki en concreto presume de ser el más alto del mundo al estar a 80 metros sobre Pyhäjärvi y 160 sobre el nivel del mar, explica el Ayuntamiento de Tampere en su web.

Dónuts Pyynikki
Los famosos dónuts de Pyynikki.

No es de extrañar, por tanto, que fuera el lugar elegido para la construcción de una torre de observación. Se levantó por primera vez en 1888, pero acabó derruida en 1918 durante un bombardeo en el contexto de la Guerra Civil finlandesa. De esta forma, en 1925 empezaron a recaudar fondos para cuatro años más tarde -coincidiendo con el 150 aniversario de Tampere- acabar de reconstruirla. En vez de utilizar madera como en aquella primera aventura arquitectónica, se decantaron por el granito. Todo esto lo explica la web de Munkki kahvila, la cafetería familiar donde se venden los famosos dónuts.

Pyynikki y el espectáculo de su naturaleza

Antes de alcanzar la Pyynikin näkötorni aún debemos caminar un par de minutos por una arboleda inmaculada. Se nota que está muy cuidada: apenas hay suciedad, sin desperfectos en la infraestructura… Además, es espectacular observar entre los huecos que dejan los árboles los dos lagos que rodean Tampere: Pyhäjärvi y Näsijärvi.

A pesar de la maravilla que ofrece la naturaleza, aún hay algún desaprensivo e inconsciente que se atreve a subir en coche hasta este paraje. De acuerdo, hay una carretera y un estacionamiento que acoge sin problemas (de momento) a los turistas y lugareños. ¿Pero de verdad hay motivo para moverse en vehículo hasta allí? Solo contribuye a contaminar o, en el caso de que sea eléctrico, a congestionar las calles. Está a nada del centro y se llega caminando en menos que canta un gallo. No hay excusa, a no ser que quieras que te nominen al premio del vago del siglo.

reserva natural Pyynikki
Dos ancianos disfrutando de las vistas en la reserva natural de Pyynikki.

Dicho todo esto, llegamos a la popular torre. Era fácil saber que estábamos cerca: había toda una fila de coches en un lado de la carretera. Nada más alcanzarla, es inevitable adentrarse en la cafetería y pedir uno de esos dónuts caseros para recargar las pilas. Es imposible no relamerse ante estos dulces recién hechos, de sabor tan grato y con una masa esponjosa.

Subiendo a la torre de Pyynikki

Tras esta merienda, es hora de subir los 26 metros de la torre. Oficialmente hay que pagar dos euros antes de emprender la marcha por las escaleras. Lo que pasa es que no siempre te encontrarás a la persona que vende los tickets en su sitio y resulta muy sencillo colarse sin adquirir el billete. Haz lo que quieras con esta información.

Si eres minusválido o te quieres postular seriamente al premio del vago del siglo, tienes a tu disposición un ascensor que te llevará casi hasta su parte más alta. De lo contrario, lo mejor es ir por esas mareantes y aparentemente infinitas escaleras.

Bosque Pyynikki
El bosque que rodea la torre de observación de Pyynikki.

Es abrir la última puerta que te lleva a la cima de la torre y descubrir las espectaculares vistas sobre Tampere. Desde allí lo ves todo, a pesar de que este edificio no sea fácilmente apreciable desde la propia ciudad. Con fijarte un poco observarás algunas de las iglesias que se reparten por la capital de la región de Pirkanmaa o el parque de atracciones de Särkänniemi. Y qué decir de los inmensos lagos te rodean. Tampoco te olvides de echar un vistazo al bosque que antes te absorbía y el pasillo que forma la carretera. Sencillamente inolvidable.

LEER MÁS | Vlog: El frenético recorrido por Tampere (con una visita a la torre de observación)

De ahí ya lo único que queda es bajar de vuelta al centro de Tampere, aunque si lo deseas puedes perderte un poco entre los abetos. Es un lugar ideal para practicar el sano ejercicio del senderismo sin el peligro de acabar a cientos de kilómetros de cualquier población.

Tras contarte todo esto, ahora no me podrás decir que no te mueres de ganas de ir a Pyynikki. ¿Te animas a coger ya mismo el avión y plantarte allí?

2 comentarios en “Pyynikki: mucho más que una torre y sus deliciosos dónuts”

    1. Genial! Vendrá bien compartir los conocimientos de la torre. Ahora que veo, tampoco hay una página de Pyynikki en español. Pero bueno, vayamos paso a paso… 😛
      Saludos!

Deja un comentario