Septiembre es un mes perfecto para conocer el norte de Finlandia: ya se notan los efectos del ruska, aún no hace demasiado frío y ya se ven las primeras auroras boreales. En este sentido, son muchos los que optan por coger su vehículo, lo que les permitirá conducir en Laponia sin las limitaciones del transporte público.
Ir en coche por esta extensa área no debería suponer ningún problema… si no fuera por los animales que nos acompañarán por las carreteras laponas. Ya nos lo advirtieron muchos finlandeses antes de partir: cuidado con los renos. ¡Ay, la sabiduría popular! Qué razón llevaban…
Si decides aventurarte con tu propio vehículo hacia Laponia, observarás que la región te recibe con varios carteles amarillos con señales de peligro. «Tervetuloa poronhoitoalueelle», o, lo que es lo mismo, bienvenido a la zona de crianza de renos. Vaya, la gente que nos avisó parece que no iba errada. Aunque tardamos varios kilómetros en ver el primero.
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Lo que a nosotros nos pasó es que incluso pasado Rovaniemi no vimos ninguno. En nuestro viaje a Luosto no vimos ningún reno… hasta que a pocos kilómetros de llegar se nos cruzó uno por delante. Íbamos tan tranquilos, mirando el paisaje por las ventanillas, cuando un frenazo nos puso a todos en vilo. Ya nos imaginábamos el golpe del parachoques delantero contra el mamífero. Nos levantamos bien del asiento para observar lo que ocurría. Al final, el animalillo se libró. Mi reacción: «Cagüenlaputa, no lo he grabado». La de nuestro chófer: «No lo he visto venir porque era del color de la carretera». Todo esto pasó en cuestión de segundos.
Realmente no es de extrañarse la facilidad con la que puedes ver un reno en Laponia. Allí hay unos 200.000, según cifras que maneja la asociación finlandesa de pastores de renos. Para que te hagas a la idea, en toda la región vivían 179.223 personas en 2017, tal y como indica el centro de estadística finlandés. Así que en teoría debería ser más fácil cruzarte con uno de esos animales que con un humano.
Mis sustos al conducir en Laponia
Además, los renos suelen estar sueltos y campan a sus anchas. Es raro verlos encerrados en granjas abarrotadas, sino que viven en libertad comiendo setas y lo que se les ponga por delante. Evidentemente tienen sus dueños, pues te darás cuenta de que tienen algún tipo de distintivo en alguna parte de su cuerpo.
Yo también he tenido la oportunidad de conducir en Laponia y tengo un par de historias con renos. Tuve la suerte de que me dejaron al volante de un híbrido y alguna vez me topé con estos obstáculos móviles en la carretera. Una vez, cuando ya casi estaba llegando a Luosto, tuve que pisar el freno al ver que había unos culos peludos frente a mí. Justo en el otro carril había un reno y cuando me puse a su altura no tuvo otra ocurrencia que meterse delante del coche. Para mayor inri, empezó a correr con unos movimientos un tanto cómicos. Era para gritarle eso de «corre Forrest, corre».
En otra ocasión, de camino a Sodankylä, vi tres o cuatro renos más que cruzaban la calzada a unos 100 o 200 metros por delante. El que se debió llevar un buen susto es el conductor que tenía por delante. Esa es precisamente una de las carreteras con mayor riesgo de accidente con estos mamíferos, según el Consejo de Seguridad Vial Finlandés (Liikenneturva). En el mapa que tienes aquí abajo verás que está marcada en rojo, como las demás zonas peligrosas.
Accidentes de tráfico con renos
Lo peor de todo es que cada año mueren unos 4.000 renos en accidentes de tráfico. La mayoría de incidentes se registran entre julio y agosto y entre noviembre y enero. Este vídeo de Iltalehti captó el momento en el que murieron dos, mientras otro se salvó de milagro. El conductor no pudo hacer nada para esquivarlos. La cuestión: ¿qué les atrae al asfalto? A veces solo están de paso y cruzan para llegar a un punto donde puedan seguir comiendo, otras veces quieren alejarse de los mosquitos y en invierno allí pueden caminar mejor.
Seguro que alguien ya se ha preguntado por los ganaderos. ¿Qué pasa con ellos tras perder a una res? Ellos tal vez sean los menos preocupados, pues el Centro de Aseguradores de Automóviles de Finlandia les paga una compensación. Eso sí, a ti no te darán un duro de indemnización por los daños ocasionados en el coche.
Siguiendo con este tema, hay un vídeo que causó furor en YouTube de un padre enfadado tras encontrarse un montón de renos en la carretera. Es una joya para quienes quieran aprender insultos finlandeses, pues de media hay uno por segundo. Pero no deja de ser una muestra de por qué hay que tener precaución al volante al conducir en Laponia.
Si quieres evitar tener un accidente con estos animalillos, hay una app que puedes descargar desde tu móvil. Se llama Porokello y te avisa cuando pasas por una zona donde se han visto renos.
Después, ten en cuenta otros aspectos más generales: primero de todo, no vayas rápido. No pasa nada si te adelantan los demás. Luego, evita las distracciones y mantén los cinco sentidos en la carretera al conducir en Laponia (eso incluye ir sobrio). Y último, pero no menos importante, mantén en condiciones las ruedas y los frenos.
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Desde luego, estos son unos animales muy dóciles. Te puedes acercar a ellos como si nada, pues no te tendrán miedo. Esta parte es apasionante, pero cuando te das cuenta de que no le temen ni a los coches esto puede ser un problema. Te puedo asegurar de que no dudarán en combatir cuerno contra cuerno en el asfalto, por mucho que haya tráfico.
Y tú, ¿has tenido la mala suerte de encontrarte uno en la carretera? Comparte con nosotros tus experiencias después de conducir en Laponia 🙂 .