¿Tienes pensado ir pronto a Laponia en coche? ¿O tal vez quieras volver al sur y prefieras buscar un camino distinto por el que regresar? Pues tal vez tu opción sea un road trip por la conocida como Via Karelia.
El recorrido que haremos estará repleto de naturaleza, historia y curiosidades dignas de ver. Deberías tomar nota de lo que te contemos por si finalmente te decides a emprender esta ruta con tu propio vehículo.
Realmente la Via Karelia se compone de diferentes carreteras. La que nosotros tomamos, la que une Laponia con el sur, tiene un nombre más específico: Runon ja Rajan tie (la carretera de la poesía y la frontera). La denominación de la frontera está clara de dónde sale: transcurre prácticamente en paralelo con la línea divisoria con Rusia. En cuanto a la de poesía, es de suponer que tiene que ver con que parte de su recorrido pase por zonas de donde se gestó el Kalevala, la epopeya nacional finlandesa. Tal y como se indica en la web oficial del camino, la vía empieza en el golfo de Finlandia y se extiende hasta Salla, ya en Laponia. En total son unos 1.050 kilómetros sobre asfalto.
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Nosotros tomamos un viaje en carretera que incluía parte de la Via Karelia en septiembre de 2018, cuando volvimos de Laponia a Lahti. Como alquilamos una cabaña en Luosto, salimos desde esa población y no alcanzamos la popular carretera de viajes turísticos hasta llegar más o menos a Ruka. Desde allí seguimos hasta Nurmes y allí abandonamos esta vía para poner rumbo a Lahti.
Hecho este pequeño resumen, te contaré kilómetro a kilómetro lo que hicimos y lo que visitamos.
La salida desde Luosto entre renos
Desde que partimos sobre cuatro ruedas en Luosto, nos encontramos con varios grupos de renos merodeando cerca de la carretera. O peor aún, peleando ante la atenta mirada de los conductores, que se ven obligados a pararse hasta que se aparten. Por suerte, no provocaron ningún incidente y pudimos proseguir con nuestro viaje.
Nuestra primera parada para repostar la hicimos a la altura de Kemijärvi, la primera ciudad en medio de nuestro camino. El lugar elegido era una estación de servicio… abandonada. Solo había una gasolinera sin trabajadores y un restaurante cerrado al lado. Se ve que muchos comercios del norte de Finlandia permanecen abandonados sin que nadie se haga cargo de estos. Desolados, descuidados. Aun así, todavía tienen su encanto como para acercarse a fotografiarlos. Eso sí, ojo a los cristales rotos.
Después continuamos con el coche, ya dentro de la famosa Via Karelia, en dirección a Ruka. Es un destino turístico conocido por sus pistas de esquí y sus trampolines, que podrás divisar nada más aproximarte a la población. Pues bien, nosotros efectuamos nuestro descanso unos pocos kilómetros más adelante, en Kuusamo. El lugar elegido sería Riipisen, una tienda de recuerdos. Si interior está decorado con madera, al más puro estilo finlandés, que desde luego que te encantará. Y aún no has visto lo mejor: tienen toda una sala dedicada a una exposición de diferentes ubicaciones en miniatura. No faltan ni el valle de los Muumis –Muumilaakso– ni la reproducción a escala de la montaña de Ruka.
Historia por la Via Karelia
Volvimos de nuevo al automóvil, ya con las pilas cargadas, para poner rumbo hacia Suomussalmi. Nos esperaba aún un rato largo con el trasero prácticamente adherido al asiento. Ya pasada esta población empezamos a ver la oportunidad de levantarnos a estirar las piernas. Primero con un campo lleno de muñecas -una idea que puede parecer un tanto tétrica- en el que no pudimos parar. Luego con el monumento de la Guerra de Invierno. Esta vez sí que había un aparcamiento habilitado, por lo que pudimos salir a conocerlo. Una escultura yacía en medio de una gran extensión de piedras en representación de los soldados caídos en una batalla iniciada muy cerca en 1939. Asimismo, allí tendrás la ocasión de contemplar los tanques que se utilizaron en este conflicto, que enfrentaba a finlandeses y rusos. Si aún no tienes suficiente, en Raatteen portti tienes un museo que te lo explicará con mayor detalle.
Este largo recorrido acabaría por ahora en Kuhmo. Nos quedamos a dormir en esta ciudad que tiene el Kalevala como uno de sus mayores reclamos. Sin ir más lejos, allí encontramos Juminkeko, un centro dedicado a la epopeya nacional y la región de Carelia. Si lo prefieres, siempre puedes dar una vuelta yendo por su iglesia y recorriendo el lago. ¿Y dónde pasamos la noche? En Matkakoti Parkki. Su precio es realmente asequible para lo que es el país y su servicio e instalaciones, muy correctas y adecuadas a lo que pagamos.
Al día siguiente ya regresamos a Lahti y nuestras ganas de llegar pronto a casa nos llevaron a hacer el mínimo de paradas. Sin embargo, por el camino encontramos ciudades tan interesantes como Nurmes, Kuopio o Mikkeli.
Dónde comer en este viaje desde Laponia
En estos 966 kilómetros que completamos necesitamos comer para no agotar nuestras fuerzas. Además de estacionar en un parking en medio de la nada para finiquitar las sobras que nos llevamos de Laponia, tuvimos la ocasión de tomar algo en un par de comercios:
Riipisen (Kuusamo): Aparte de ser una tienda, también tienen una pequeña cafetería. Si deseas un bollo y algún refresco, esta puede ser tu elección.
Scan burger (Kuhmo): Una cadena de hamburgueserías donde además preparaban pizzas. Nada del otro mundo, tal vez mi hamburguesa un pelín salada, pero se puede comer medianamente bien. Lo que más suma es el trato del personal, en todo momento muy amable y atento.
Gasolinera en Leppävirta: Justo antes de llegar a esta población en el centro de Finlandia encontramos esta gasolinera, donde ofrecían un buffet libre. Yo todavía no me veía con tanta hambre como para almorzar, así que con algún dulce y bebida pasé el resto del camino sin problemas. Es el típico restaurante de camioneros, así que si te llaman la atención esos tráileres que transportan una cantidad aberrante de troncos este es tu sitio.
A más cerca estábamos del sur, más degenerábamos.
Tal vez también te estés preguntando cuánto gastamos en combustible. Al ser un híbrido, nos ayudamos en parte de la electricidad. A pesar de todo, pusimos entre 100 y 150 euros en gasolina. Repostamos unas tres veces: en Kemijärvi, Kuhmo y Leppävirta. Ahora ya tienes una referencia de lo que te costaría a ti.
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Después de conocer lo que te depararía esta ruta, ¿te animarías a tomarla? Aquí tienes un mapa para ver qué zonas recorrimos. Que no te asuste, pues realmente el tiempo se te pasará volando. Y más si echas alguna cabezada.