Si hay alguien que realmente destacó en salto de esquí ese fue sin duda el finlandés Matti Nykänen. No es uno más de la saga de los flying finns. Su nombre está escrito con letras de oro en los registros históricos como uno de los gigantes que desafió los trampolines de medio mundo.
Con esta pequeña introducción entenderás la gran conmoción que causó su fallecimiento, anunciado el 4 de febrero de 2019. No fue un día cualquiera. Tras su retirada empezó a ganarse mala fama por violento y excederse con el alcohol, pero parecía que los finlandeses ya se lo habían perdonado tras la trágica jornada.
Jyväskylä fue la ciudad elegida para acoger el nacimiento de la que posteriormente sería un mito. Fue el 17 de julio de 1963, según publicó la radiotelevisión YLE. Con solo ocho años ya se puso los esquís -no pensaba en otra cosa que no fuera saltar- y con apenas 18 ya empezó a forjar su leyenda. Entre 1984 y 1988 se colgó cuatro medallas de oro y una de plata en los Juegos Olímpicos de Invierno, algo que ningún otro saltador pudo superar.
En el campeonato del mundo de salto de esquí también saboreó numerosos éxitos. Sus 46 victorias le mantuvieron durante mucho tiempo como el deportista con un mayor número de triunfos. Por si fuera poco, le sirvieron para llevarse nueve medallas más en tal competición.
Tales éxitos deportivos le sirvieron para que un país entero le reconociera como el atleta del año por doble partida, en 1985 y 1988. Asimismo, logró hitos importantes, como ser el primer esquiador en superar los 190 metros o el primero en ganar el oro olímpico (Calgary 1988) tanto en las modalidades de trampolín grande y normal, señala YLE en un perfil del esquiador.
Después de ser una estrella durante los años 80, Nykänen se retiró en 1991 para dar paso a una vida llena de penas. Intentó reciclarse como músico. Si bien su primer disco se vendió bien, no tuvo la misma suerte con el resto. Aun así, siguió actuando hasta días antes de su fallecimiento. Yo no juzgaré cómo canta, mejor hazlo tú mismo.
La polémica vida de Nykänen
Su paso por el mundo de la música no fue lo más trágico. Su historia personal estuvo marcada por episodios violentos y el alto consumo de alcohol, un problema que por desgracia es muy común en Finlandia. En 2004 apuñaló a un amigo que le ganó en un concurso de dedos y le sentenciaron a 24 meses de prisión. Ya en la Navidad de 2009 la pasó entre rejas por atacar con un cuchillo a su esposa -entonces Mervi Tapola- e intentar estrangularla. Fue condenado a 16 meses de cárcel. Por cierto, Matti Nykänen también fue estríper.
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En el tema familiar tampoco tuvo mucha suerte. Se casó cinco veces, dos veces con Tapola, y uno de sus hijos le tenía prohibido ver a sus nietos, tal y como explicó el tabloide Ilta-Sanomat.
Todos estos capítulos tristes de su vida le convirtieron en carnaza para los diarios sensacionalistas finlandeses. He buscado algunos titulares del Ilta-Sanomat que reflejen un poco el personaje mediático que se creó:
- «Matti Nykänen se quemó -de tomar el sol- y se deprimió»
- «Matti Nykänen, herido durante la grabación de un vídeo musical en esquís acuáticos – mira el vídeo»
- «Comentario: Diego Maradona y Matti Nykänen son como dos gotas de agua – son niños malditos»
- «Matti Nykänen habla sin tapujos de su tiempo en la cárcel: ‘Era como un buen hotel'»
- «Matti Nykänen reveló en directo que se hirió yendo a la sauna»
Resumiendo, que cualquier cosa que dijera, cualquier cosa que hiciera se convertía en noticia.
La muerte de Matti Nykänen
El terrible día para toda Finlandia llegó el 4 de febrero de 2019. Otra publicación sensacionalista, la revista Seiska, fue la encargada de dar la primicia. Para quien no lo ubique, Seiska es el mismo periódico que publicó fotos de Mr. Lordi sin la máscara por mucho que la banda insistiera en que no quería que salieran sus caras.
La conmoción del país se hizo notar en las portadas de todos los diarios. La cobertura sobre su fallecimiento en su casa de Joutseno fue tan amplia como la admiración que todos sus habitantes sentían hacia el deportista. Los episodios oscuros pasaron a un segundo plano. Incluso la televisión alteró su parrilla para emitir especiales.
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Su muerte no fue algo esperado. Es cierto que tuvo problemas con el alcohol y le diagnosticaron de diabetes, pero no creían que se pudiera morir. Simplemente se fue a dormir y ya no despertó. Su familia le encontró ya sin vida. Por suerte, siempre quedará presente su gran talento y todos los logros deportivos. DEP.