Si Estados Unidos sufrió en Chicago la devastación de las llamas en el siglo XIX, Finlandia también experimentó lo que se conoce como el Gran Incendio de Turku. La gran magnitud del suceso dejó muy tocada a una ciudad que había perdido la condición de capital tan solo unos años atrás.
Para que te hagas a la idea de las dimensiones del incendio, está considerado no solo como el más grande de Finlandia, sino como el mayor en todo el norte de Europa. Conozcamos mejor los detalles de lo sucedido en Turku y sus consecuencias.
En aquellos tiempos aún no había una brigada de bomberos fija. Los encargados solían ser estudiantes -entonces de vacaciones- o burgueses. Sobre estos últimos, justamente ese día se encontraban en el mercado de Tampere.
Dicho esto, empecemos por contar los hechos. Era ya de noche cuando una chispa en el patio del comerciante Carl Gustav Hellman lo desató todo. Son muchas las teorías sobre cómo se originó, aunque lo cierto es que no hay nada claro.
Rápidamente se extendieron las llamas sin que nada pudiera pararlas, ni siquiera la presencia de un cauce de agua en medio. El río Aura -o Aurajoki- podía actuar como barrera y evitar que el fuego alcanzara la zona de la catedral. Sin embargo, la explosión que se registró en una fábrica hizo que el incendio continuara su progreso.

El fuego avanzó sin piedad y destruyó los archivos de la universidad –Turun Akatemia o Academia de Åbo. 40.000 libros se perdieron. También resultó seriamente dañada la catedral. Su torre se derrumbó y tuvo que volver a levantarse.
Al día siguiente, el 5 de septiembre, la ansiada lluvia llegó y por la tarde el incendio ya era historia. El balance de casas destruidas fue de 4.000 y un total de 11.000 personas se quedaron sin hogar. Pero además de todas estas consecuencias para los habitantes de Turku, también lastró el futuro de la antigua capital de Finlandia.
Las consecuencias del Gran Incendio de Turku
La gran vida de ciudad ya no iba a regresar y se quedaría en la nueva capital, que hasta entonces era poco más que un pueblo de costa. Turku se convirtió en una mera urbe regional para dejar de lado su faceta internacional en favor de Helsinki, que a partir de entonces creció de manera significativa.
En este punto, sin embargo, lo importante era reconstruir la ciudad. Para eso contarían con los servicios del arquitecto Carl Ludvig Engel, según el portal Visit Turku. Este fue un personaje que se ganó una gran reputación en la época por diseñar la Catedral luterana de Helsinki, entre otros grandes monumentos nacionales. Por suerte no fue necesaria levantar todo el núcleo urbano. Una parte se salvó y ahora los visitantes pueden apreciar cómo era Turku antes del incendio en el museo de Luostarinmäki.