Lujosas lámparas de araña, mobiliario cuidado y con un estiloso tapiz, numerosos cuadros… La casa de Runeberg (o Runebergin koti), conocido poeta finlandés, es toda una muestra de su posición social. Es, además, un ejemplo de que hay vida (turística) más allá del casco antiguo de Porvoo.
Runebergin koti es la casa museo más antigua que podrás encontrar en Finlandia. Allí vivió este escritor hasta que pereció en 1877. ¿Aún no sabes quién es Johan Ludvig Runeberg? Aquí te daremos cuatro pinceladas sobre su vida y te explicaremos por qué hay que visitar este lugar.
Nacido en 1804, Runeberg fue autor de numerosas obras poéticas en sueco. Creció en un entorno en el que se hablaba ese idioma -no es de extrañar en zonas del sur y oeste de Finlandia-, por lo que su popularidad no solo se quedó en Finlandia, sino que también se extendió hacia el país vecino. Cabe recordar que cuando él era un niño aún formábamos parte de Suecia, pero al poco tiempo nos invadieron los rusos.
Tras unos cuantos años viviendo en Helsinki y después de casarse con Fredrika Runeberg, se mudó a Porvoo. Allí pasó el resto de su vida, que se marchitó definitivamente en 1877. Sin embargo, dejó un importante legado en el que se incluye la composición del himno de Finlandia actual. Su mujer también logró su hueco en la historia, entre otras cosas por un bollo llamado Runebergintorttu. Hoy en día es una de las referencias gastronómicas de la ciudad.
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A los cinco años de su muerte, en 1882, la casa donde vivió Runeberg se convirtió en un museo. La vivienda la han dejado prácticamente igual que cuando el famoso poeta se marchó al otro mundo.
Runebergin koti: un interior idílico
Los muebles que podrás observar son los mismos que la familia Runeberg tenía. Pensarás que estará todo viejo por el tiempo que ha transcurrido, pero lo cierto es que han sabido mantenerlo de manera más que eficiente. Para mayor inri, todo desprende un ambiente de lujo que da a entender su estatus social. La elegancia del estampado elegido para las paredes, con colores claros, contribuye de igual manera a crear esa atmósfera.
A todo esto, recuerda ponerte un cubrecalzado antes de entrar a las habitaciones. En la misma entrada hay un montón para los visitantes. Con esto evitamos que se ensucie y se raye el suelo de madera.
En ese hogar la literatura también estaba bien presente, como es de esperar. Varias estanterías aún guardan los libros con los que Johan Ludvig Runeberg pasaba sus ratos libres. Igualmente, por parte de Fredrika es posible leer un fragmento su cuaderno de recetas. Se ubica en un espacio protegido con un cristal, justo al lado de la composición del himno nacional.
Las muestras de caza en la casa de Runeberg
La caza fue otro de los pasatiempos de Runeberg que se pueden apreciar en la casa. Escopetas y pieles de animales adornan toda una pared. Justamente el poeta sufrió una apoplejía mientras iba al acecho de su siguiente presa, lo que le dejó postrado en la cama hasta su muerte.
Precisamente los dormitorios parecen ser los lugares menos ostentosos de la vivienda. Una cortina los separa de los pasillos luminosos. Luego nos adentramos en unos pocos metros cuadrados oscuros y apenas decorados.
Si pretendes visitar la casa de Runeberg, tal vez el mejor momento sea el verano. En el museo nos contaron que en esa época también se puede conocer el jardín de Fredrika. De esta forma, se paga más a gusto la entrada (ocho euros adultos; estudiantes, parados o jubilados seis euros; gratis para menores de edad o periodistas).
Incluso estando fuera del casco antiguo de Porvoo, la casa de Runeberg es uno de los sitios que deberías visitar. Su decoración intacta te fascinará y además tendrás la ocasión de practicar algunos juegos para conocer mejor la vida del poeta y su mujer. Asimismo, las recepcionistas te asistirán en lo que sea necesario y te informarán de lo que encontrarás.
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Desde estas últimas líneas te animo a que descubras este lugar idílico de Porvoo. Porque es una ciudad que por fuera es un encanto, pero por dentro aún tiene mucho más que ofrecer. Si ya has acudido a Runebergin koti, cuéntanos cómo fue tu experiencia.