A más de uno le habrá sorprendido ver niños pequeños paseando solos por la calle en Finlandia. Van con sus monos que les cubren de pies a cabeza para no pasar frío y con la mochila en las espaldas. ¿Su destino? El colegio. ¿Cómo es que no se les acompaña hasta sus puertas?
Cuando yo iba a la escuela en España, ir yo solo hasta el colegio era impensable. Y eso que mi casa estaba en una zona tranquila. Pero lo que era el barrio en sí no inspiraba mucha confianza. Eso en Finlandia no ocurre. Hay una mentalidad distinta. Ahora te lo contamos todo.
Lo primero que quería remarcar es la confianza que depositan los padres en sus hijos. Ellos se fían de que vayan a la escuela y no a otras partes. Hay que reconocerlo, la tentación de un niño que solo se lo quiere pasar bien tiene que ser grande. Seguramente también funcione el temor ante un posible castigo por no ir a escuela.
La cuestión es que si los alumnos dejaran de ir a clase se notaría en los resultados académicos. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha puesto a Finlandia entre los primeros puestos en educación, aunque en los últimos años ha perdido puestos en su famoso informe PISA. Con un absentismo escolar elevado desde luego que no estaríamos ni en el top europeo.
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La confianza paterna en el hijo no tiene por qué ser el único factor que explique que les dejen marcharse hacia su centro de educación solos. Cuando yo era pequeño, la cosa no era tanto que mis padres no creyeran en mí. Más bien no creían en terceros que pudieran andar por ahí.
La seguridad de los niños
Aquí entra la cuestión de la seguridad. Finlandia puede presumir de ser uno de los países referentes. Aquí la tranquilidad se respira en cada rincón y la delincuencia es más bien menor.
Por poner un ejemplo que justifique lo que estoy diciendo, vayamos a ver lo que dice el índice de paz global, elaborado por el Institute for Economics and Peace. Los datos de 2018 posicionan al país en la 14ª posición de la lista. Hay que tener en cuenta que en total está compuesta por 163 países, por lo que colocarse en tal plaza no es sencillo. Más abajo se encuentran España (32º) o México (140º). Esto explica por qué los críos pueden andar sin temor alguno.
Pongamos otro estudio que avale lo que digo. El Foro Económico Mundial también comparte datos al respecto referidas principalmente al turismo, pero cuando hablamos del apartado de seguridad lo podemos extrapolar a la población en general. En este tema, Finlandia es la número 1 en las cifras compartidas de 2017. Todo dicho. Esto acabaría de confirmar lo que nos comentó en su momento la policía de Helsinki sobre esta ciudad en particular: la capital es segura para todo el mundo.
Independientes desde pequeños
Visto todo esto, creo que no hay motivos para preocuparse si ves un niño andando solo a las 12 del mediodía, por mucho frío que haga. Es una forma con la que, además, se vuelven más independientes.
Por cierto, en el diario El Correo dieron voz al caso curioso de una mujer de Bilbao que se fue a vivir a Raisio, al suroeste del país. Ella, fruto seguramente de la vivencia típica de España, llevaba cada día a su hijo en coche. Hasta que recibió una llamada. Adivina: el director de la escuela. Que los pequeños debían llegar caminando al centro. Precisamente lo que querían en ese colegio era que los niños fueran independientes y esa era una forma de fomentarlo.
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En fin, desde luego que puede llamar la atención que los niños vayan solos al colegio, pero si eso les obliga a ser autónomos, es seguro y funciona bien, ¿por qué no? Y ya de paso, hacen un poco de ejercicio, que no viene nunca mal. Ahora es tu turno de hablar: ¿ves con buenos ojos que acudan caminando por su cuenta al colegio?