La democracia está de fiesta. Finlandia celebra 100 años desde que el país optó por una república como forma de gobierno y concedió el poder legislativo al Parlamento.
¿Cómo fueron las primeras elecciones de Finlandia como estado independiente? ¿Qué significó para el país? Desde luego, llegaban tras un tiempo convulso y de esta forma empezaba a construirse una base sólida para el crecimiento de la nación. Descubramos cómo llegó la república al país.
Finlandia venía de tiempos difíciles. Justo a finales de 1917 había proclamado su independencia, seguida por una cruenta guerra civil. Por tanto, las elecciones que se avecinaban en la primavera de 1919 –apunta la web del Parlamento finlandés– eran un intento de darle estabilidad a un país recién nacido.
Estas primeras elecciones como país independiente fueron mucho más que unos simples comicios. Hay una cosa que no te he contado. En 1918, intentaron implantar una monarquía con Federico Carlos de Hesse-Kassel como rey. El príncipe alemán, sin embargo, no llegó a pisar Finlandia. Hubo una fuerte oposición republicana y el contexto internacional, con la derrota de Alemania en la Primera Guerra Mundial, no era para nada propicio. Abdicó a los dos meses del anuncio.
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Entonces, estas elecciones se presentaban como una forma para medir las fuerzas parlamentarias entre republicanos y monárquicos. Este segundo grupo, lógicamente, no estaba conforme con lo sucedido y quería un rey como máxima figura representativa.
Los resultados de estas elecciones fueron claramente favorables a los republicanos. El Partido Socialdemócrata (SDP) ganó con 80 diputados de los 200 de los que se componía el Parlamento. Si además contamos al resto de partidos republicanos -progresistas y agrarios-, entre todos sumaron 148 diputados. La derrota de la monarquía fue contundente y de esta manera empezó a desaparecer la idea de esta forma de gobierno entre la clase política. Hoy en día ni siquiera se plantea.
De las elecciones a la constitución
Ahora ya teníamos Parlamento y tocaba aprobar una nueva constitución. Lograron un amplio consenso. El 21 de junio de 1919 votaron a su favor 165 diputados, mientras que 22 se posicionaron en contra. Así pues, lo único que faltaba era que el entonces regente Mannerheim diera el visto bueno. El 17 de julio formalizó definitivamente su aprobación.
Esta constitución estuvo vigente durante mucho tiempo, hasta el año 2000. Entre sus artículos, destaca la web de la oficina del primer ministro de Finlandia, figuran cuestiones tan importantes como la libertad de expresión, de asociación o religiosa. Si echamos un vistazo a su texto, observamos que tiene un carácter progresista: garantiza la educación gratuita y el sufragio universal -las mujeres ya podían votaban desde 1906- y reconoce los derechos del pueblo sami de utilizar su propia lengua.
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En un primer momento, el mismo Parlamento se encargó de designar un presidente. Lo raro de esto es que actualmente son los ciudadanos quienes le votan. Finalmente eligieron a Kaarlo Juho Ståhlberg, de quien destacaban su capacidad de cohesión. No fueron unos años fáciles, aún inestables, pero desde luego que pasó a la historia por ser el primer político en alcanzar dicho cargo.
Después de saber cómo llegó, celebremos el centenario de la democracia. ¡Larga vida!