Hubo una época en la que el mundo apenas sabía ni la existencia de los finlandeses voladores. Esa forma de describir a grandes deportistas que destacan por su velocidad, ya sea corriendo o con un vehículo, aún no estaba tan extendida. Sin embargo, ya había destacados atletas que despuntaban con marcas impresionantes. Es el caso de Paavo Nurmi.
Un momento… ¿Aún no sabes quién es Paavo Nurmi? Pues es un atleta finlandés que destacó durante el periodo de entreguerras, es decir, a principios del siglo XX. Ahora te lo contamos en detalle.
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Los inicios de Paavo Nurmi
La historia de Paavo Johannes Nurmi se remonta a 1897. Nació en el seno de una familia pobre de Turku, tal y como indica su biografía. De hecho, tuvo que ponerse a trabajar a los 12 años tras la muerte de su padre. Paradójicamente, todo el ejercicio que hizo durante este periodo de su vida le puso en forma para ser un atleta en pocos años.
A medida que se tomaba el atletismo de forma más en serio, se apuntó a la asociación deportiva de Turku en 1914, cuando tenía 17 años. Ese mismo año, logró ganar su primera competición. Tal hazaña hizo que ya le compararan con Hannes Kolehmainen, quien empezó la leyenda de los finlandeses voladores.
A partir de entonces, coincidiendo con el periodo de la Primera Guerra Mundial, su progresión fue más bien lenta. Sin embargo, su paso por el servicio militar supuso un gran cambio: fortaleció notablemente su físico. Se hizo con la confianza de los altos mandos, quienes le dieron la oportunidad de realizar entrenamientos individuales para continuar superándose.
Llegó 1920. Aún estaba en el servicio militar, pero algo estaba a punto de cambiar. Era año de Juegos Olímpicos y se le incluyó en el equipo de entrenamiento para representar a Finlandia en Amberes. A las pruebas a las que acudía, rompía los récords nacionales. Era solo un pequeño aperitivo de lo que estaba por venir.
Las primeras medallas en los JJOO
Juegos Olímpicos de Amberes 1920
Ya en pleno agosto, los Juegos Olímpicos de Amberes dieron el pistoletazo de salida. La primera prueba en la que participó Nurmi ya le subió al podio, aunque acusó la falta de experiencia. En la carrera de 5.000 metros, demostró que su ritmo era de campeón. Lideró buena parte de dicha competición, pero al final le superó el francés Joseph Guillemot. No supo dosificar sus fuerzas para hacer frente a su ataque. Sin embargo, esa plata ya era motivo para pensar en él como una bestia mundial.
Con el consejo de Kolehmainen, consiguió hacer una carrera de 10.000 metros impecable y esta vez no dio opción al francés. Además de este oro, logró dos más en las pruebas de ocho kilómetros en campo a través (una individual, otra de equipo). Sin embargo, a pesar de las cuatro medallas, el gran ídolo de esos JJOO fue Kolehmainen, quien ganó la maratón para culminar su exitosa carrera.
El mundo ya conocía a Paavo Nurmi tras impresionar en varias pruebas de atletismo. Sin embargo, lo mejor estaba por venir. En los siguientes años rompió hasta ocho récords mundiales, por lo que llegó a París 1924 con la vitola de favorito.
Juegos Olímpicos de París 1924
Los Juegos Olímpicos de París fueron un suplicio para todos los corredores. Los 36 grados a los que se enfrentaron en la categoría de campo a través dejó a muchos deportistas inconscientes. Nurmi logró su tercer oro por delante de su rival y compatriota Ville Ritola. Al siguiente día, volvió a demostrar su superioridad en la carrera por equipos de 3.000 metros tras una jornada que dejó a muchos atletas fuera de la competición. El equipo finlandés parecía imbatible.
Paavo Nurmi ya era una estrella. En Helsinki ya se hablaba de hacerle una estatua. En su viaje a Estados Unidos, también se le recibió como una celebridad y hasta le recibió el presidente, entonces Calvin Coolidge.
Sus condiciones físicas, por desgracia, ya solo podían ir cuesta abajo. Su programa de competición en Estados Unidos le dejó estresado físicamente y, aunque seguía triunfando, no era invencible.
Juegos Olímpicos de Ámsterdam 1928
El siguiente paso fueron los JJOO de Ámsterdam. Pudo llegar más o menos en buena forma, pero ya no era el mismo. La imagen tras conseguir la plata en 5.000 metros, tirado en el suelo del cansancio, era inaudita. También se hizo con un segundo puesto en 3.000 metros, en ambos casos superados por corredores finlandeses. Al menos se hizo con el oro en 10.000 metros.
Después de esto, prefirió participar en menos carreras para concentrarse en aquellas de largas distancias. Su deseo era acabar su trayectoria deportiva ganando una maratón olímpica, como su ídolo Kolehmainen. Por desgracia, no pudo cumplirlo.
Retirada y años posteriores
Los JJOO de Los Ángeles 1932 se presentaban en teoría como los últimos de su carrera. Sin embargo, se le prohibió la participación en las pruebas olímpicas. Desde Suecia empezó a criticarse a Paavo Nurmi por ser supuestamente profesional, algo no permitido por aquel entonces. Por solo un voto de diferencia, se tomó dicha decisión. Era el fin de su carrera y el inicio de unas relaciones deportivas tensas entre Finlandia y Suecia.
Tras sufrir este duro varapalo, continuó corriendo en competiciones finlandesas hasta que lo dejó en 1934. A partir de entonces, se dedicó a entrenar a deportistas nacionales. Además, tuvo la oportunidad de llevar la antorcha olímpica en los Juegos Olímpicos de Helsinki 1952 hasta el pebetero.
Asimismo, puso sus esfuerzos en su negocio de la construcción, que le dejó la vida solucionada a base de millones de marcos finlandeses.
La muerte le llegó el 2 de octubre de 1973, un hecho que provocó la consternación de todo el país. El funeral del respetadísimo Paavo Johannes Nurmi fue presidido por Urho Kekkonen, presidente de Finlandia, tal y como cita el periódico La Vanguardia. Su féretro fue trasladado a Turku, donde finalmente se le incineró. Sin embargo, el rey de las pistas de atletismo, el fantasma finlandés o el finlandés volador quedará eternamente en la memoria de todo el mundo.