Qué ver en Fiskars, un encantador pueblo de artesanos

¿Ya estás buscando qué pueblos quieres visitar la próxima vez que viajes a Finlandia? Pues aquí te presentamos Fiskars, un antiguo núcleo industrial que ha sabido reconvertirse en una población de artistas y artesanos.

¿Qué hay en Fiskars que merezca la pena visitar? Aquí te lo contamos en este artículo. Rápidamente podrás comprobar que se trata de un pueblo muy verde (marca Finlandia) y que su río toma protagonismo en todo momento.

Así es Fiskars

Cuando hablamos de Fiskars seguramente se nos venga a la mente algo distinto. Es el nombre de una empresa conocida por todo el mundo por sus productos del hogar, pero sobre todo por sus tijeras naranjas. Todos las casas finlandesas las tienen. No es casualidad que la compañía tenga tal nombre, y es que tiene sus orígenes en este pueblo.

El pueblo de Fiskars como destino turístico ha sido premiado numerosas veces. No es de extrañar que muchos visitantes acaben atraídos y pasen aquí la mañana. Actualmente hay unos 500 habitantes, lo que nos da una idea de las pequeñas dimensiones de esta población. ¿Pero qué puedes hacer durante una visita a este lugar? Pues eso vamos a contarte a continuación.

Qué ver en Fiskars

Ya que Fiskars es conocido por los artistas y maestros artesanos que habitan en sus casas. Puedes entrar a las diferentes galerías de arte, que te proporcionarán una nueva visión sobre el diseño finlandés. Y ya de paso, puedes buscar un recuerdo que llevarte de vuelta a casa, ¿no crees?

De igual forma, podrás entrar en los talleres de los artesanos locales. Había uno que particularmente me encantó y que se encuentra en la parte sur de Fiskars. Allí hay un herrero al que puedes ver haciendo diferentes cosas, como por ejemplo llaveros o un abridor de latas de refresco. Si eres de esos que siempre tienen las uñas cortas, puede ser de utilidad.

Por supuesto, no puedes dejar de dar una vuelta por el pueblo y descubrir cómo es. Podrás apreciar muchos edificios con esos ladrillos rojos que indican claramente que allí ha habido mucha industria. Es también bastante evidente que se aprovechaban de la fuerza del agua del río. De hecho, la industria metalúrgica de Fiskars utilizaba tanto el carbón como la energía hidráulica para su funcionamiento. Hoy en día, aún podemos ver en el río algunas pequeñas cascadas y zonas de rápidos.

De la misma manera, tienes que explorar y descubrir los diferentes edificios históricos. Tenemos mansiones, casetas de madera que han tenido diversas funciones… Es parte de la experiencia de Fiskars.

Edificio de la torre del reloj

Una de las imágenes más icónicas de Fiskars nos la regala el edificio de la torre del reloj. Se encuentra junto a la carretera principal del pueblo. Antiguamente allí había un colegio, pero este fue reubicado y pasó a tener una nueva vida.

En la actualidad, en el edificio de la torre del reloj podemos encontrar diferentes clases de establecimientos, como una cafetería o una tienda de productos de diseño. También hay una exposición de arte que seguro que te interesará.

Asimismo, tengo que decir que la cafetería que hay allí tiene los korvapuusti (bollos de canela) más buenos que he comido en mi vida. Solo por eso, me parece que vale la pena ir a Fiskars. Los hacen allí mismo cada día y se nota. Cuando tomé el mío, aún estaba calentito y estaba algo jugoso por dentro. En definitiva, la combinación perfecta. Antes de que se me olvide, el sitio se llama Café Antique. Se trata de un lugar muy acogedor con diferente decoración dependiendo de la sala en la que estés.

Museo de Fiskars

Otro lugar que ver en Fiskars es su museo. Allí podrás aprender sobre la historia del pueblo y por qué fue tan importante. Descubrirás que aquí hubo un tren que unía Fiskars con Pohja que fue clave para la industria metalúrgica local, el papel de algunos personajes locales, etc.

Asimismo, la entrada al museo de Fiskars incluye la visita a algunas casas históricas que albergan más exposiciones. Me resultó ciertamente interesante que en una de ellas se explicara cómo era el racionamiento de comida en 1942, en plena segunda guerra mundial.

Kuparipaja

Si quieres buscar exposiciones de arte, Kuparipaja suele albergar algunas. Cuando fui, me encontré con una exhibición de arte contemporáneo de ONOMA, una cooperativa de artesanos, diseñadores y artistas locales. Concretamente, había obras de todo tipo de unos 20 escultores, pintores, etc.

Allí hay exposiciones temporales, por lo que tu experiencia puede ser distinta a la que tú vivas. Pero sí que me pareció que había mucho nivel en las obras presentadas. Había una que me hizo particular gracia, ya que te podías meter en ella (descalzo, eso sí). Era un circuito de telas rojas transparentes que conducían en espiral hacia el centro. Como había trozos como de pelusa roja en el suelo, se te quedaba algo pegada en las plantas de los pies.

Cómo llegar

El tema del transporte público está complicado. Para llegar a Fiskars, tienes que coger el bus desde Karjaa o Tammisaari. Los horarios no son los mejores, pero he visto cosas peores en Finlandia y seguro que te podrías adaptar. Puedes consultarlo en la web de matkahuolto.fi El problema es si vienes de más lejos, que tendrías que hacer transbordo con el tren que va hacia Karjaa. Y no, no hay posibilidad de llegar en ferrocarril.

Lo mejor es ir en coche. Tienes aparcamientos señalizados en la calle principal del pueblo, así que no te tienes que preocupar mucho de ir buscando sitio. Suele haber muchos vehículos, y más en temporada de verano, pero de todas formas hay espacio para todos y no debería ser ningún problema dejar el coche. Otro detalle importante: el parking es gratis.

Desde luego, si te gusta la artesanía y el arte, Fiskars te encantará. Tengo que admitir que no es de mis lugares favoritos, pero si es un destino tan popular será por algo, ¿no crees? Claro que es bonito y el pueblo está bien, pero no se colará en mi lista top. Ahora bien, el korvapuusti que tomé allí sí que conquistó mi corazón.

Ahora es tu turno de comentar. Déjanos aquí abajo tus impresiones sobre Fiskars y si piensas ir o ya has ido. Como siempre, ¡nos leemos!