La llegada del sol y el calor a Finlandia también comporta el regreso de una tradición muy viva: el teatro al aire libre o de verano (Kesäteatteri en finlandés). Estos eventos son muy esperados cada año e incluso hay quienes experimentan una fiebre por asistir a todas las obras que tengan a su alcance. Es, en definitiva, todo un fenómeno que mueve a muchísima gente.
Pero, a ver, ¿qué tiene de especial el kesäteatteri? ¿Qué tiene de diferente respecto al teatro ‘normal’? Pues eso te explicaremos en este post. Seguro que acabarás con ganas de ver más de una obra.
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¿Qué es el teatro al aire libre?
Como tal vez sepas ya, estuve ocho meses en Loimaa, al suroeste de Finlandia, haciendo un voluntariado. Entre otras cosas, me tocaba estar en el teatro municipal, que para los meses de verano se desplaza hasta Kertunmäki, a las afueras de Hirvikoski, un pueblo de Loimaa. Allí hay un escenario preparado para acoger cada año a un grupo de atrevidos actores con su correspondiente público.
Para escribir el artículo con el rigor que necesita, hablé con el presidente de la asociación de teatro de Loimaa, Jani Hägg. Él lleva participando en las obras del teatro de verano de forma voluntaria más de 15 años y, por tanto, es fuente de sabiduría en este tema.
Empecemos por el principio. ¿Qué tiene el teatro de verano que lo hace distinto? Siempre veremos que se ubica en algún lugar al aire libre y en contacto con la naturaleza. «Siempre es diferente actuar fuera», asevera Hägg, y es que hay muchos factores que influyen.
Diferencias entre el teatro de verano y el ‘normal’
Uno de los factores es el tiempo. «En el escenario no tenemos tejado y si llueve, pues los actores se mojan. Es una aventura», comenta riéndose Jani Hägg. Como ves, aquí la meteorología no detiene las obras, a no ser que caiga el diluvio universal. Durante sus años de experiencia en el teatro de verano, él no ha tenido que cancelar ninguna sesión, pero sí que sabe que en otros lugares han tenido que interrumpir una actuación por precipitaciones intensas.
«En muchos teatros tampoco tienen la grada cubierta, por lo que los espectadores se mojan», apunta el presidente de la asociación de teatro de Loimaa. Por suerte, en Kertunmäki sí que pusieron recientemente un techo.
Después, hay otras cuestiones técnicas que hacen que sea una experiencia distinta. Por ejemplo, la iluminación. La noche no es compatible con la época de pleno verano, por tanto no se puede contar con la ayuda de los focos. Ya cuando llega el otoño y si van a Kertunmäki, sí que los pueden usar. «Dan mejor atmósfera a las actuaciones», remarca Hägg.
El espacio está mucho menos limitado en exteriores, lo que amplía las posibilidades en el teatro de verano. Construcciones más altas, coches en el escenario… O mete tú un caballo en un auditorio, a ver cómo lo haces.
El hecho de estar en la naturaleza también ha dejado alguna anécdota. Estamos hablando de visitas inesperadas de origen animal. Hägg recuerda que durante el perro del vecino pasó corriendo durante algún ensayo. Por suerte, no ha ocurrido en una actuación con público, aunque tienen en cuenta la posibilidad de que ocurra. Eso sí, «los animales salvajes se mantienen alejados por el ruido».
Dejando estas cuestiones aparte, también vemos cierta diferencia en la clase de obras que encontramos en verano. Hägg asegura que suelen ser alegres y no se encuentran muchos dramas. «Seguramente los finlandeses buscan estas cosas del verano», justifica.
Una tradición finlandesa
Pero hay otra cosa más que me fascina. Hay un montón de obras de teatro en verano que están basadas en series de televisión antiguas. Es un recurso fácil en cuanto a guion, pero también es mejor para promocionar. Al fin y al cabo, si la gente ya conoce el título es más sencillo de vender. A ti a lo mejor no te suenen Puhtaat valkeat lakanat o Tankki täyteen, pero tú pregúntale a un finlandés y ya verás.
Viendo esto, es normal que mucha gente mayor se interese por acudir a ver estas actuaciones. Sin embargo, en opinión de Hägg, cada vez hay más jóvenes que se interesan por el teatro de verano.
El teatro de verano, además de ser una tradición muy arraigada, es una forma de unir al pueblo. Me explico. Estas obras las hacen tanto profesionales como aficionados y en este segundo caso no es raro que sean los mismos lugareños los que se encarguen de gestionarlo todo. «Es el alma que une a los habitantes», define Hägg. En este sentido, recuerdo visitar un pueblo llamado Korkeaoja, donde ya no hay colegio, la oficina de correos está abandonada… pero sigue habiendo kesäteatteri.
El teatro al aire libre mueve masas
Ya sabemos lo que representa para el mundo del teatro, ¿pero qué hay sobre el público finlandés? Lo que sabemos es que realmente hay mucho interés en acudir a ver las actuaciones de cada verano. Antes de la pandemia, el total de espectadores entre todas las actuaciones superaba el millón de personas anuales, según los datos de la web del teatro en Finlandia. Con estas cifras, no se puede decir que esto sea cosa de cuatro frikis, todo lo contrario.
Lo cierto es que a mucha gente le da por repetir varias veces cada verano. Me ha contado gente que puede ir en una sola temporada a más de 10 actuaciones perfectamente. Piensa en las veces en las que has ido al teatro en tu vida y tal vez entiendas lo mucho que van. Si la época de actividad es más o menos entre mayo-junio y agosto, pues es prácticamente un finde sí, un finde no.
Al menos en Loimaa, se han dado cuenta de que las obras que hacen al aire libre en verano tienen muchísima mejor acogida que en el teatro interior. Hägg calcula que en este último caben 80 espectadores, mientras que en Kertunmäki tienen una grada donde pueden sentarse 300 personas. ¿Adivinas en cuál de ellos suelen agotar las entradas y llegan a tener gente de pie mirando? Exacto, en Kertunmäki.
En fin, con todo esto ya te puedes hacer a la idea de lo que significa el fenómeno del teatro al aire libre en Finlandia. ¿Conocías esta tradición? ¡Déjanos tu comentario aquí abajo!