Michan en Finlandia

Noche polar en Finlandia o kaamos: oscuridad al máximo nivel

La época más oscura ya está aquí. La noche polar en Finlandia (también conocido como kaamos) es seguramente el momento más duro del invierno. Estamos hablando de que en las regiones más septentrionales del país no ven el sol en mucho tiempo. Sin embargo, tal vez le encuentres su atractivo y te atrevas a subir hasta Laponia para vivirlo, ¿no?

¿Pero qué es eso del kaamos? ¿En qué consiste la noche polar? ¿Cómo afecta a la gente? Puede sonar muy duro, pero también tiene sus pros, como ver la aurora boreal. Vamos a explicártelo en este artículo.

noche polar laponia
La noche nos acompaña en invierno en Laponia. ¿Te atreves a vivir la experiencia?

¿Qué es la noche polar?

El kaamos o noche polar en Finlandia en su estricta definición se produce únicamente en la zona de Laponia que queda por encima del círculo polar ártico. Es el momento del año en el que el sol no sube por el horizonte y en el mejor de los casos se queda justo por debajo, de manera que el cielo se ilumina y hay algo de claridad durante unas pocas horas al día.

¿Por qué se produce la noche polar? La explicación está en la órbita de la tierra. Según cuenta el Instituto finlandés de meteorología (Ilmatieteenlaitos), la Tierra tiene un eje de rotación de 23,5º de inclinación. Esto hace que, en consonancia con el giro en la órbita, en verano estemos un poco más expuestos al sol (en Laponia tenemos el sol de medianoche) y en invierno, lo contrario. Pero además, esto hace que haya una parte que queda fuera del alcance directo de los rayos del sol, por lo que no se acaba de hacer de día durante cierto tiempo.

En el sur de Finlandia pueden tener seis horas de sol en el momento de máxima oscuridad. Es poco, sí, pero nada comparable con lo que sufren los habitantes del norte de Laponia. Allí pueden pasar semanas sin ver el sol. De hecho, la última puesta de sol significa en muchas zonas que el astro rey no regresará hasta el año que viene.

Durante el kaamos, ponemos linternas de hielo como la que hay encima de este montón de nieve.

La noche polar en Finlandia

Pongamos un caso extremo. Nos vamos a Nuorgam, la población que se encuentra más al norte de Finlandia. Allí la noche polar empieza el 25 de noviembre y se extiende hasta el 17 de enero. Eso no significa que estén en la oscuridad más absoluta, ya que la luz del sol sí que llega tímidamente cuando está más cerca del horizonte. Sin embargo, Nuorgam está muy poco poblada. Es de esos lugares que si los visitas por Google Street View no ves casi nada.

Hay que tener en cuenta que el norte de Laponia está en general muy despoblado. Las poblaciones son pequeñas y muy dispersas. Tal vez la más importante por encima del círculo polar ártico sea Sodankylä (8.212 habitantes en octubre de 2021 según la oficina de estadística finlandesa) y allí tienen cuatro días de kaamos que coinciden con los días previos a la Navidad.

Por supuesto, este fenómeno se da en muchas otras zonas del hemisferio norte. De hecho, la noche polar en Finlandia es más leve que en otras zonas del mundo. Se me ocurren como ejemplos el norte de Alaska, Canadá, Groenlandia, la costa norte de Noruega, las islas Svalbard o áreas de Siberia -en definitiva, las regiones del Ártico- donde pueden estar aún más tiempo sin ver amaneceres ni atardeceres.

La nieve es también protagonista durante el kaamos.

Combatir el kaamos

Ante este periodo mayoritariamente oscuro, lo mejor que se puede hacer es aprovechar al máximo esos momentos en los que tenemos algo de luz natural. No es que haya vivido el kaamos en Laponia, pero en el sur del país también nos encontramos con situaciones que a algunos se les hacen duras. Entonces, lo dicho, hay que salir a la calle, hacer actividades al aire libre, ir a comprar… Lo que sea, la cuestión es no pasarse el día en casa.

La falta de luz solar en estos meses del invierno nos trae un problema que ya hemos comentado en otras ocasiones en el blog: la depresión. Es un hecho estudiado que dicha carencia afecta a nuestro cerebro. Pero incluso eso tiene solución: solo necesitamos consumir la vitamina D que dejamos de adquirir. Para eso se venden pastillas en los supermercados. Los finlandeses las empiezan a consumir en otoño y así hasta primavera. Hay quienes dicen que notan los efectos menos, otros que sí… De todas formas, es un producto habitual en este país.

Estas luces, aunque poco, también ayudan.

También es normal adquirir una lámpara que simule la luz del sol. Mi tía, por ejemplo, tenía en la mesa de noche para cuando se despertaba. Otro amigo la había instalado en su oficina, porque no salía hasta tarde. Imagínate la sensación de irse a trabajar a oscuras y regresar a casa de noche.

Otra cuestión que percibimos que mejora el estado de ánimo es que haya nieve. Parece mentira, pero como el blanco refleja más la luz, el ambiente ya es más agradable. Da la sensación de que haya más iluminación. Asimismo, las luces de Navidad se dejan puestas durante más tiempo por el mismo motivo. De hecho, hay una casa que tengo localizada y que tiene el mismo reno en la entrada desde hace años. No lo quita ni en verano.

También hay otro efecto psicológico notable. Como la noche es tan larga, pierdes la noción de tiempo. Piensas que es tardísimo cuando en realidad son solo las siete de la ‘tarde’. Crees que ya pronto será hora de ir a dormir, pero el reloj indica lo contrario. Seguro que te habrá pasado si has estado en Finlandia en estas fechas, ¿verdad que sí? Por eso también es importante mantenerse ocupado durante estas horas.

El fuego de las hogueras no solo da calor, también nos da luz y alegría.

Pero no todo tiene que ser sufrir durante la noche polar en Finlandia, ¿no crees? También se puede disfrutar durante el kaamos. ¿A quien no le gustaría contemplar las auroras boreales? Porque otra cosa tal vez no, pero oscuridad nos sobra. Los meses de noviembre, diciembre y enero también destacan por su alta nubosidad, pero cuando hay un claro en el cielo, ojo. Siempre que esté despejado en Laponia, tendremos una buena oportunidad de disfrutar de este fenómeno de la naturaleza, siempre que la luna no nos haga una jugarreta.

Y tú, ¿has vivido el kaamos? Cuéntanos tu experiencia aquí abajo. ¡Hasta el próximo artículo!

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