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La historia de la morsa que apareció por sorpresa en Finlandia

A veces en Finlandia te pueden sorprender los animales en plena ciudad. Renos, zorros, alces o conejos son de las especies que muchas veces han aparecido en zonas de dominio humano, pero la historia que te traigo es de lo más curiosa. Una morsa apareció en la costa del sur a miles de kilómetros de su hábitat.

Encontrar una morsa en Finlandia es como ver un oso polar, algo que se aventura imposible a menos que estés en un zoológico. Ahora bien, cuando avistas un animal tan lejos de su hábitat, mala señal…

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Imágenes de la morsa en aguas de Hamina. – Laji.fi (sandjar; CC 4.0)

La llegada de la morsa

Nos ponemos en situación. Mes de julio, fechas en las que la gente se divierte en la playa, tumbándose sobre la arena mientras toman el sol. Lo que nadie esperaba es que en la costa de Hamina, al sureste del país y cerca de ciudades importantes como Kotka o Lappeenranta, apareciera una morsa tumbada junto a unos barcos.

Ya te puedes imaginar que fue una noticia que alegró el día a mucha gente. ¿Quién iba a imaginarse que un animal así llegaría hasta la costa finlandesa? Según la empresa Sea World, las morsas viven en zonas de Groenlandia, el noreste de Canadá y los mares de Lápted, Bering y Chukotka. En cualquier caso, muy lejos de Finlandia, y más teniendo en cuenta que hay que pasar por el estrecho de Kattegat.

El caso es que después de pasar un tiempo en Hamina, la morsa volvió al mar y parecía que podía ser el final de la historia. En su regreso al agua, sufrió un percance con un barco pesquero y quedó atrapada en una red, aunque finalmente pudo ser liberada.

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Este es el lugar en el que la morsa pasó sus primeros momentos. – Laji.fi (sandjar; CC 4.0)

La morsa de Finlandia: de Hamina a Kotka

Poco después, la morsa fue encontrada de nuevo, esta vez en Kotka, a pocos kilómetros de Hamina. Sorprendentemente, esta vez acabó en una zona residencial. Todo esto lo explica también en detalle la radiotelevisión finlandesa Yle. Poco después, saltaban las alarmas.

El estado de salud de la morsa era muy débil. Tras examinar al animal ártico, se dieron cuenta de que necesitaba urgentemente ayuda, pues por sí misma no iba a sobrevivir. Así pues, decidieron sedarla y llevarla al zoo de Korkeasaari, situado en Helsinki.

La morsa había permanecido muy quieta todo ese día y además sus respiraciones eran muy fuertes. No había otra opción que fuera tratada en la clínica veterinaria de Korkeasaari, así que procedieron a trasladarla. Ahora bien, no fue fácil, y es que estos animales pesan cientos de kilos. Lograron dormirla y se dirigieron rápidamente a Helsinki en un trayecto que dura menos de dos horas en coche.

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La morsa, atrapada en una red. – Rajavartiolaitos

La muerte de la morsa

Por desgracia, la pobre morsa no aguantó el viaje y murió en el camino. Fue un shock para todos. Un animal que, a pesar de estar fuera de su hábitat, ya se había ganado el cariño de los finlandeses.

Ahora quedaba por saber la causa exacta de su fallecimiento. Ya se sabía que estaba hambrienta, pero quedaba por conocer si había algo más detrás de su muerte.

La principal hipótesis es que hacía ya varias semanas que se perdió por el mar Báltico y decidió quedarse en Finlandia. Las morsas comen sobre todo moluscos que encuentran en el fondo del mar. La cuestión es que estas aguas son muy pobres en estos alimentos. Según leo en el diario finlandés Ilta-Sanomat, necesitan al menos 5.000 moluscos al día, cantidad que no encontraba aquí en el lecho marino.

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Adiós a la morsa que por un momento nos alegró el día. – Laji.fi (sandjar; CC 4.0)

La autopsia y su futuro

La autopsia que se hizo al animal confirmó que su estómago estaba vacío. Sin embargo, encontraron algo interesante científicamente hablando. Las defensas de la morsa eran tan bajas que por su cuerpo se habían esparcido muchas bacterias, principalmente E. coli. Seguro que te sonará, y es que muchas playas han tenido que cerrar por altas concentraciones de E. coli, entre otros sucesos desagradables.

En cualquier caso, no creen que las bacterias fueran la causa de la muerte. Queda claro que la morsa murió de hambre.

Está claro que la muerte de la queridísima morsa nos ha entristecido, pero dentro de la desgracia hay una pequeña buena noticia. Su cuerpo se expondrá en el museo de historia natural de Helsinki, según cuenta la misma institución. Allí podrán hacer estudios genéticos o averiguar su edad, uno de los enigmas que queda por resolver.

¿Conocías ya la historia de esta morsa? Que descanse la pobre en paz…

Imagen de portada: Twitter @kymenpelastus

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