Estamos en medio de Laponia, en una cabaña de madera pasando nuestras vacaciones de invierno. Un pequeño pueblo tranquilo con casetas salpicando su naturaleza cercana y las pistas de esquí de fondo. ¿Adivinas dónde estamos? Pues aquí te vamos a hablar de Ylläs, un destinazo para disfrutar de una experiencia auténtica en esta región del norte de Finlandia.
Hacía mucho que quería visitar Ylläs y descubrir todas sus maravillas. Desde luego, te garantizo que excedió nuestras expectativas y nos dejó un grato sabor de boca. Deja que te explique cómo es esta ubicación de cuento en la Laponia finlandesa.
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Ylläs: Ylläsjärvi y Äkäslompolo
En realidad, la zona de Ylläs se compone a grandes rasgos de dos pueblos: Ylläsjärvi y Äkäslompolo. Nosotros nos alojamos en Ylläsjärvi, concretamente en Tunturipalo, que está justo al lado. Fui a pasar una semanita allí en pleno enero con un amigo y pudimos vivir toda clase de experiencias únicas.
Si hay algo que me enamorara de Ylläsjärvi es la tranquilidad que se respiraba. Incluso siendo un destino turístico, aquí no vimos en ningún momento nada parecido a colas cuando fuimos en enero. Los servicios, en cualquier caso, son los suficientes para el viajero: un supermercado (K-market), una tienda de recuerdos, empresas para hacer las típicas excursiones, un par de restaurantes, un punto de reciclaje, gasolinera…
Como datos del pueblo, Ylläsjärvi se fundó en 1771 después de que Erkki Ylläsjärvi comprara el lago y las tierras aledañas, según se explica en la web de la localidad. Sin embargo, el turismo emergió posteriormente. Después de la guerra de Laponia, que finalizó en 1945, poco a poco empezaron a llegar visitantes. Era un lugar remoto, de difícil acceso… La electricidad no llegó hasta 1975 y posteriormente se inauguró el resort de esquí en 1981. Asimismo, la carretera a Äkäslompolo se construyó a principios de los años 2000.
Äkäslompolo sí que es una población algo mayor en tamaño. Rápidamente podremos observar que está bastante más desarrollado: hoteles notablemente más grandes, mayor número de servicios… Su supermercado, Jounin kauppa, tiene absolutamente de todo.
El desarrollo de este otro pueblo también ha sido algo más rápido en comparación con Ylläsjärvi. Los primeros habitantes permanentes llegaron a Äkäslompolo en 1748, según cuenta la web de la población. Los turistas se dejaron ver ya por 1934 y las casas empezaron a tener electricidad en 1967. Aquí también se ve mayor cantidad de gente, aunque lejos de cualquier masificación.
Las distancias a Ylläs desde otros lugares son desde luego notorias. Para ir a Levi, conocida entre otras cosas por su estación de esquí, hay casi una hora en coche. Y ya si tenemos que llegar a Rovaniemi, dos horas.
Qué ver en Ylläs
Si estás preparando tu viaje a esta zona de Laponia, seguro que estarás mirando qué ver en Ylläs: lugares bonitos, experiencias interesantes… Pues bien, después de nuestra visita, aquí te recomendamos algunas cosas para que vayas apuntando para tu viaje.
SnowVillage
Si viajas en invierno, tienes que visitar el SnowVillage. Es una construcción que se hace de hielo y que cumple la función de hotel, pero también se puede entrar y ver las esculturas de vida efímera que crean cada año. De verdad te digo que es espectacular lo que hacen.
Posiblemente leyeras en su momento que en Laponia había un hotel de hielo con las habitaciones decoradas con motivos de la serie Juego de tronos. Pues sí, era justo este. Lógicamente, fue cosa de un solo año: cada temporada hacen algo distinto.
En nuestra visita, pudimos ver obras artísticas de hielo que recordaban a atractivos turísticos de todo el mundo. El detalle que imprimen en cada escultura, la iluminación que las acompaña… Incluso podrás tirarte por su tobogán o tomar algo en su bar (todo hecho de hielo, claro). Una maravilla, sin dudas. Eso sí, el precio de la entrada me pareció bastante caro, 19 euros, pero ya que estábamos no nos lo podíamos perder. Te dejo aquí una excursión por si te interesa (incluye guía, transporte, etc.).
Maisematie
La carretera que une Äkäslompolo y Ylläsjärvi es sin lugar a dudas una de las que más me ha impresionado. Son 15 minutos de trayecto en coche que desearías que nunca acabaran. La belleza del paisaje que podrás contemplar desde la ventana es indescriptible.
Puedo intentar contar lo que pude ver allí en invierno. Árboles con una carga de nieve que parece físicamente imposible de sostener, curvas y pendientes continuas… ¡Y es que encima es todo blanco, mires a donde mires! Pero ojo, porque aún puede ser más bonito si pillas el amanecer con esos tonos en el cielo que pueden ser hasta rosáceos.
Además, de noche adquiere un tono especial. Hay instalados unos focos que resaltan las figuras de los árboles y la nieve. Te impresionará, ya verás. Y si luego además salen a bailar las auroras, mejor aún. Tal vez por ubicación no sea el mejor sitio para observarlas, pero si se dan las condiciones óptimas, puedes pararte en alguno de sus aparcamientos, donde de día se posan los arrendajos siberianos (kuukkeli en finlandés), sin miedo alguno a la presencia humana.
Kesänkitunturi
¿Has visto alguna vez por redes fotos de esculturas gigantes de nieve en algún monte finlandés? En realidad, claro, son árboles casi sepultados por una capa blanca de varios kilos de peso. Pues Kesänkitunturi es un lugar ideal para descubrir estos paisajes que son de cuento.
La verdad es que en principio no teníamos marcado este punto como un lugar que visitar. Teníamos previsto rodear el lago Kesänkijärvi, una caminata ciertamente cómoda, pero nos dio un ataque de locura y dijimos: «¿Y si ahora subimos esta montaña?». Y ahí que nos decidimos a conquistar su cima, a unos 500 metros de altitud sobre el nivel del mar.
No llevábamos raquetas de nieve por eso de la improvisación y ciertamente aquí se necesitan. Es cierto que hay un camino que se puede tomar nada más llegar al parking de Kesänkijärvi y que está perfecto para andar, pero nosotros seguimos y tomamos una ruta que empieza a la altura del restaurante que hay en la otra punta del lago. Allí hay muchísima nieve en todo el trayecto y encima la pendiente es muy pronunciada, así que el esfuerzo fue notable. Pero mereció la pena.
Las vistas eran alucinantes. Blanco por todas partes, los árboles que se intuyen en esos montones de nieve tan estéticos… Y luego además estaba ese refugio donde calentar unas salchichas, algo tipiquísimo en Finlandia. Lo mejor para conseguir algo de energía después del esfuerzo titánico.
Varkaankuru
¿Prefieres un camino más asequible y que se haga fácil sin raquetas de nieve? Pues puedes probar Varkaankuru, una excursión sencilla a un cañón. La salida es desde Kellokas (ahora te cuento qué es y dónde está) y el camino luego te lleva por el bosque.
Tanto el paisaje en el recorrido como el cañón, aunque pequeño, te sorprenderán. El camino está bastante transitado, por lo que el suelo queda duro, ideal para andar sin necesidad de ningún complemento. Eso sí, cuidado con meter el pie en la parte blanda, pues puedes hundirte más allá de las rodillas. Ahora bien, eso para la foto luego queda bien gracioso.
Una vez llegados a nuestro destino, verás una cabaña de madera donde podrás entrar libremente y asar tus salchichas. Con un poco de suerte, el fuego ya estará encendido y solo habrá que alimentarlo.
Kellokas
Y, lo dicho antes, ¿qué es Kellokas? Pues es el centro de naturaleza de Ylläs, donde te aconsejarán sobre rutas senderistas que puedas hacer por la zona del Parque Nacional de Pallas-Yllästunturi según tus intereses. Pero aún hay más motivos por los que pasar por allí.
En su interior alberga una exposición de entrada gratuita sobre la cultura y la naturaleza de la región de Ylläs. Recuerdo que incluso enseñaban las particularidades del dialecto que se habla en la zona y me costaba horrores entenderlo – y eso que algo de finlandés sí sé. Y después había una exhibición de arte, por lo que la visita al final queda más que justificada.
Ylläs-swing
Una de las imágenes más icónicas de Äkäslompolo es el Ylläs-swing, es decir, el columpio que hay a las orillas del lago. Es uno de los puntos más instagrameables, así que es bastante probable que lo hayas visto alguna vez por redes sociales.
Desde esta estructura de madera, podrás disfrutar con tranquilidad del paisaje a centímetros del lago. Balancéate mientras contemplas los bosques infinitos y los montes de forma redondeada de fondo. O mejor aún: contempla de noche las auroras boreales desde este enclave perfecto para tal actividad. Y no, no hace falta ser un niño para sentarte en el columpio.
Actividades que hacer
Con todo lo que hemos visto hasta ahora seguro que ya te empiezas a hacer una idea de todo lo que hay. Ahora vayamos a descubrir las actividades que hacer en Ylläs. Fijo que sacas más ideas para pasar tus vacaciones aquí.
Auroras boreales
Si lo que quieres es ver auroras boreales en Ylläs, estás de suerte. Aquí se dejan ver entre finales de agosto y principios de abril, por lo que si vas en invierno puedes tener la ocasión de contemplar este espectáculo que nos regala la noche.
En nuestro caso, tuvimos mucha suerte. Durante la semana que estuvimos, durante tres noches se dejaron ver las auroras. Esto depende principalmente de la nubosidad y en menor medida de la actividad solar (aunque en estas latitudes las posibilidades son bastante altas si las nubes lo permiten). También conviene elegir puntos sin contaminación lumínica y buena visibilidad, tales como lagos, explanadas, la cima de las montañas…
El lago de Äkäslompolo es un punto fantástico, pero es cierto que la gente suele ir justo aquí por la comodidad. Así pues, si deseas ir a un lugar menos concurrido, el lago de Ylläsjärvi es una opción excelente. Ya si prefieres ir un poco más lejos, Luosujärvi ofrece una buena panorámica para deleitarte de este espectáculo de auroras boreales en Laponia. Ahora eres tú quien debe decidir.
Motos de nieve
Una de las actividades más molonas que te subirán la adrenalina es ir en moto de nieve. Si quieres sentir la velocidad y a la vez admirar paisajes preciosos, tienes que probarlo.
Nosotros contratamos una excursión para principiantes de 20 kilómetros (no es tanto como parece) con la empresa SnowFun Safaris, en Äkäslompolo. Vimos que era una opción relativamente económica (unos 90 euros por cabeza en una moto de nieve compartida) y desde luego que lo pasamos pipa con ellos.
Allí te enseñan todo lo que necesitas para dar los primeros pasos encima de estas pedazo de máquinas y luego nos guiaron por una serie de caminos maravillosos en pleno bosque nevado. Luego paramos en una kota, un refugio típico de Laponia, donde nos obsequiaron con un zumo caliente y unos bollos de canela del súper, que desde luego que después del frío entran de maravilla. Los dos instructores que nos acompañaron fueron en todo momento muy atentos y amables, así que solo puedo agradecerles por la experiencia inolvidable.
Ver renos
Si quieres ver renos, en Laponia los hay a patadas. Bien es cierto que en invierno es algo más difícil de verlos en estado salvaje. Cuando hay tanta nieve, suelen quedarse por las granjas y no se dejan ver. En cambio, si vas en otra estación, como verano u otoño, es bastante probable que te los encuentres por la carretera o incluso delante de tu alojamiento. Hay incluso imágenes muy graciosas de estos animales en las playas de Rovaniemi.
Lógicamente, en Ylläs también tendrás la oportunidad de contratar las típicas excursiones en trineo de renos (y lo mismo se aplica a los huskies). A mí estos segundos, los perros, me dan un poco de pena al verlos encerrados en jaulas (los renos, en cambio, parece que suelen tener bastante más espacio para correr). De todas formas, te dejamos aquí algunas opciones de excursiones que te pueden interesar.
Comida
Cuando estuvimos en Ylläs, es cierto que principalmente comimos en nuestro alojamiento. Pero sí que fuimos a comer al restaurante Otso en Ylläsjärvi y, bueno, espectacular. El local tenía una decoración muy chula y acogedora, pero lo que probamos no se quedaba corto.
Como fui con un amigo, quise que probara un plato típico de Laponia, poronkäristys. Se traduce como salteado de reno e incluye la carne de reno (cortada como al estilo kebab), puré de patata, salsa de arándanos y pepinillo (aunque esto último… dijimos que no lo pusieran). La combinación de salado y dulce aquí funciona a la perfección. La fiesta de sabores empieza ya en el primer bocado y cuando el plato está limpio, deseas que mágicamente se llene de nuevo.
Obviamente, el milagro no ocurre, pero desde luego que salimos muy bien servidos. No es barato, claro, pero desde luego que tus papilas gustativas agradecen este regalo. Por cierto, un detalle que te encantará: tienen carta en español.
Senderismo, esquí…
Puesto que Ylläs está ubicado justo al lado del Parque Nacional de Pallas-Yllästunturi, este es un lugar perfecto para descubrir la naturaleza. Hay varias rutas senderistas que puedes seguir, ya sea en invierno o verano, con o sin raquetas de nieve.
La naturaleza en Laponia es bestial. Su paisaje se compone de extensos bosques y los conocidos como tunturi, montañas redondeadas por la acción de los glaciares. Entre medias, nos topamos con ríos y lagos que dibujan parajes espectaculares. Y si encima acabas en algún cañón, ya ni te cuento.
También es una opción practicar el esquí, ya sea de fondo o alpino. Ese es el objetivo de muchos finlandeses que acaban aquí: deslizarse por las pistas de la estación al pie de la montaña Yllästunturi, dejarse llevar por los caminos con raíles preparados para los esquiadores…
Estoy convencido de que con toda esta información ya tienes de sobra para empezar tu travesía por esta zona al norte de Finlandia. Ylläs no decepciona en ningún sentido. Para mí, es incluso mejor que Levi o Rovaniemi, que ya es decir. Y tú, ¿ya has pasado tus vacaciones en Ylläs? ¡Déjanos un comentario con lo que más te ha gustado de este lugar!