Del sol de medianoche a la noche polar. Realmente Finlandia es un país de contrastes, y aquí una muestra más.
Ir a Finlandia en invierno o en verano es algo totalmente distinto. Todos los que hemos estado allí notamos la diferencia. Y, a más al norte se esté, más se percibe tal disparidad. En sitios como Rovaniemi, los días de diciembre se hacen cortísimos, con apenas unas horas de sol. Y luego, en verano, tienes la iluminación que te faltaba seis meses atrás.
El vídeo que veréis a continuación se ha hecho en Helsinki durante un día de invierno y otro de verano. Lo ideal hubiese sido hacerlo en el solsticio de invierno y el de verano, pero me temo que no fue así. Igualmente está muy bien para ver la desigualdad de luz entre ambas estaciones.
La verdad es que al principio esto se te hace raro. En diciembre, por ejemplo, cuando yo he ido se hacía de noche a las cuatro de la tarde. A las seis de la tarde ya la noche te «pesa», en el sentido de que te extraña que a esas horas las tiendas sigan abiertas. Y en julio, hasta las 11 el sol no bajaba. Eso, por supuesto, es en el sur. En el norte las diferencias son todavía mayores.
Para que os hagáis a la idea, en el norte del país pueden tener menos de una hora de «sol» en invierno. Eso sí, en verano, como ya sabéis, pueden pasar semanas y semanas sin que se haga de noche. Toda una locura.
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Para contrarrestar los efectos de la oscuridad, muchos finlandeses acuden a las tiendas a comprar pastillas de vitamina D. Es una de las carencias que tienen por ver tan poco el sol en esos meses, y lo suplen de esta manera.
¿Te gustaría experimentar estas dos estaciones en Finlandia? Desde luego, hay que vivirlo, en cada una se pueden hacer cosas únicas 🙂 .