Con toda la normalidad del mundo, un mallorquín que conocí en Finlandia me dijo: «por supuesto, tomo vitamina D«. Como quien toma un vaso de agua, él se toma una pastilla que le proporciona esta necesidad. ¿Por qué? ¿Y qué se supone que tiene que ver con que los finlandeses tengan que combatir la oscuridad en invierno?
Realmente, sí que está todo conectado. La cuestión es sencilla. En invierno, las horas de luz se reducen. Y no solo porque el Sol se ponga muy pronto, también ocurre que muchas veces las nubes lo tapan. Y esto acaba afectando a los finlandeses.
La relación es la siguiente: el Sol hace que el cuerpo produzca vitamina D. Y, si no te llegan sus rayos, pues la tendrás. Por eso, muchos finlandeses no consiguen lo suficiente, según publica la radiotelevisión pública YLE.
Ante esta situación, los finlandeses suelen recurrir a comprimidos que le proporcionen vitamina D. En este sentido, es todo un negocio para las farmacéuticas. Por su parte, los alimentos que la tienen presente son pocos, pero también habría que tenerlos en cuenta. Entre ellos están los pescados azules como el atún, el salmón o la sardina, productos lácteos, la mantequilla o la yema de un huevo, según la revista Hola.
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Y, ¿qué ocurre si no tienes suficiente vitamina D en el cuerpo? Hay varios estudios que certifican que su carencia supone problemas de salud. En la noticia ya citada de YLE decían que podría provocar un aumento del riesgo de tener problemas del corazón, en concreto por las arterias coronarias, o incluso de muerte prematura.
Enfermedades por déficit de vitamina D
Tener suficiente vitamina D facilita que los huesos absorban el calcio, según YLE. Por tanto, esto puede acabar derivando en osteoporosis. Los finlandeses, ante esta situación, han llegado a añadir esta vitamina a algunos productos para evitar esta clase de enfermedades.
Por otra parte, si quieres evitar el típico gripazo de invierno, también tienes que haber producido suficiente, según el diario ABC. La ecuación es fácil: si tienes un déficit en este aspecto, puedes ser más propenso a la gripe, los catarros… E incluso van más lejos: dicen que aumenta el riesgo de padecer diabetes o cáncer.
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Yo particularmente, en el tiempo que he estado en invierno, no he necesitado tomar. Sí que es cierto que suelo estar de vacaciones, unas dos semanas. Puede que por eso pueda prescindir de las pastillas, ya que tampoco noto en ese tiempo que mi cuerpo me lo pida.
Eso sí, luego los finlandeses tienen la suerte de tener un verano (corto, pero verano) en el que reciben los rayos del Sol como nadie. Entonces producen esta vitamina por doquier. Pero, hasta que llega la estación, a tirar con esos comprimidos, no hay otra. Mientras tanto, les esperan días y días enteros sin ni siquiera intuir la posición del astro.
Si vives en Finlandia, ¿estás tomando estas pastillas para paliar los efectos de la oscuridad? Nos lo puedes comentar aquí abajo.