A finales de 2014 se conoció que la educación preescolar se volverá obligatoria a partir de julio, y hace unos días YLE publicaba que el proceso de inscripción ya está en marcha en la mayoría de municipios.
Voy a intentar explicaros qué supondría esto, porque no es tan grave como se podría pensar al principio. Hasta ahora, la educación obligatoria empezaba a los 7 años. De hecho, cuando se habla del sistema finlandés, se halaga esto. A su vez, existía (y existen) dos grados inferiores, la educación preescolar y la infantil temprana. El de preescolar dura solo un año.
Eso significa que, a partir de ahora, los niños empezarán de manera obligatoria el colegio a los seis años. Eso no debería suponer ningún problema, ya que, según la misma información de YLE, el 98 % de alumnos se matriculan en preescolar. Solo un 2 % de los niños, es decir, 1.500, va directamente a la educación básica. Es una cifra minúscula, incluso para un país con algo más de cinco millones de habitantes.
Hay que tener en cuenta que en este año «adquieren destrezas, conocimientos y capacidades básicas en diferentes áreas de aprendizaje», tal y como apunta el informe «Educación en Finlandia» de la Junta Nacional de Educación de Finlandia. Lo más importante es que se utiliza el juego como manera de aprender, por lo que no es el tostonazo de estar escuchando todo el rato al profesor.
¿Es necesario este cambio?
Sin embargo, no todo es un camino de rositas. La bloguera Kaisla hace una reflexión interesante sobre el tema. Se pregunta por qué tienen que obligar a tan pocos niños a apuntarse a esa edad. Ella probó de ir a preescolar, pero no le gustó y se fue. Aparentemente, no le ha ido mal, ha conocido otras culturas, por su forma de escribir no parece tener carencias… Eso sí, admite que no tiene nada de malo hacer este año.
Hay que tener en cuenta que muchos niños van sobre todo por los padres. Ellos tienen que trabajar, por tanto tienen que dejar a los pequeños en algún sitio. Además, así aprenden a socializar y no se quedan solos o con los abuelos, que no siempre pueden encargarse de ellos.
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Este puede ser un movimiento innecesario, ya que realmente afecta a muy pocos. Habría que ver en qué medida perjudica o no a ese 2 % que no asiste. Entonces, tendríamos que preguntar a los que no van (más bien a los padres) las razones.
De todas formas, es solo un año más, no creo que afectara mucho a los niños que no acuden a esa edad. ¿Vosotros qué creéis? 😉
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Gracias por reblogear! 😀
Saludos!
Yo creo que hay que dejar que la gente decida por sí misma. Si obligamos a educar en un sistema no estamos haciendo responsables a las familias. Aún siendo uno de los mejores sistemas educativos del mundo, incluyendo el juego (si es libre o dirigido no sabemos), tambien puede haber familias que quieran que sus hijos estén con ellos y aprendan de la vida de otra forma (como André Stern). La socialización no es una exclusiva del colegio. Un niño socializa en muchos ámbitos, y menos competitivos que la escuela. Siendo un porcentaje tan bajo, llama la atención.
Sí, estoy de acuerdo contigo. Lo único es que yo sí que creo que es un elemento muy potente de socialización la escuela, porque es ahí donde conocen a muchos de sus amigos. Quieras o no, si estás cinco horas en la escuela al final harás amistades casi por la «fuerza».
Muchas gracias por comentar, y también por darle un «Me gusta» a nuestra página en Facebook 🙂
Saludos!
No creo que la sozialización sea un monopolio o exclusiva de la escuela. Hay otras formas muy sanas de que un niño haga amigos y contextos más cuidados y naturales. ¿Qué calidad tiene la socialización de la escuela? ¿Cómo se relacionan entre sí un grupo de 20, 30 o más niños con muy pocos adultos que cuiden de que el ambiente sea relajado y respetuoso en los conflictos? En estos espacios (con limitación de recursos y más por los recortes), en muchas ocasiones, se dirigen comportamientos en lugar de asistir lo mínimo dejando autonomía para que los niños puedan aprender por sí mismos a resolver conflictos y saber cómo gestionar sus frustraciones. Suele pasar que el más espabilado o vivo o temprano, tiene facilidad para imponer sus intereses, y que los más tranquilos acaben asumiendo un rol diferente al que tendrían en relaciones de pocos niños, en espacios tranquilos e incluso naturales. Un niño que pasa una uña mañana con otros tres niños acompañado de dos o tres adultos que respetan sus necesidades y no resuelven sus conflictos, socializa con una profundidad y afectividad de gran calidad.
Por supuesto que no es un monopolio de la escuela, más faltaría! Evidentemente luego surgen conflictos, al fin y al cabo son niños y tienen que adquirir conocimientos para estar con los demás.
Saludos!