Vamos a ser claros. El barrio de Kallio (Helsinki) tiene pocos atractivos de cara al turista y solo es una zona en proceso de gentrificación que ha popularizado la zona. Pero sí que tiene un distintivo claro, y esa es la iglesia de Kallio.
Su torre no pasa desapercibida en la capital. Prácticamente se puede ver desde cualquier punto alto de la ciudad. Su situación geográfica, en lo alto de una colina, y sus grandes proporciones la convierten en una clara referencia del barrio. Pero, por supuesto, la iglesia de Kallio es más que una brújula para los helsinguinos.
Cuando Sonck ideó la iglesia de Kallio (o Kallion kirkko), pensó en levantarla utilizando siempre con el principio de la simetría en sus planos. Y es imposible obviar el granito gris que cubre todas las paredes por el exterior. El interior es otra historia, pues se reformó varias veces -según la página de las iglesias de Helsinki– y lo que queda es un espacio muy neutro. Hay cuatro remates en los bordes y las esquinas, pero poco más. Todo realmente sencillo.
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Después de conocer estos detalles, no podemos desviar la mirada de la torre. Gracias a su ubicación estratégica y la propia altura de la estructura, su punto más alto llega hasta los 94 metros sobre el nivel del mar. Como apunte curioso, sirvió como uno de los puntos de vigilancia de la capital durante la Segunda Guerra Mundial (con los conflictos de la Guerra de Invierno o la Guerra de Continuación como sucesos destacados en Finlandia).
Las campanadas de la iglesia de Kallio
En la misma torre hay siete campanas, prácticamente imposible de apreciarlas desde fuera, que dan un paso más a su función habitual. A las 12 del mediodía y a las seis de la tarde suena un tema que compuso el famosísimo músico finlandés Jean Sibelius.
Dejando ya estos temas, unas de las cosas que me gustan de muchos edificios religiosos en Finlandia es que están rodeadas de un parque. La iglesia de Kallio no es una excepción. Un espacio verde convierte esta zona en algo más que un lugar de paso dominical, en un espacio agradable donde quedarse una tarde a hacer un pícnic o lo que sea.
Además, si deseas conocer esta iglesia por tus propios medios, deberías valorar la tranquilidad que se respira en la zona. Está relativamente cerca del centro de Helsinki, pero la afluencia de público es más bien baja y diría que la gente que la frecuenta es del mismo barrio. Como mera anécdota, tengo que apuntar que allí es donde se casaron mis abuelos.
Si quieres ir a visitarla, lo que te recomiendo es que partas desde la catedral luterana de Helsinki. Coges la calle que está justo a su izquierda, Unioninkatu, y arreando, que es gerundio. Solo hay que seguir recto, hacer un alto en el mercado de Hakaniemi (opcional) y proseguir por la calle Siltasaarenkatu hasta hallar esta obra arquitectónica. Si con estas indicaciones te pierdes, dimito.
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¿Ya has estado en la iglesia de Kallio? ¿Recomendarías algún otro lugar que visitar en el mismo barrio? Estamos deseosos de leer tus comentarios 🙂 .
Es increíble que mis comentarios no sean aceptados. ¡Esta es la primera vez durante mi historia de blogging!
Como he intentado decirte por varias vías, no podía aceptarlos al estar de viaje. Ahora todos están publicados. Uno se coló en spam, pero también está aprobado. ¡Siento la demora!
¡Saludos!